sábado, 6 de noviembre de 2010

Las capas pardas






Hace mucho tiempo vivía en la antigua ciudad de Zamora un hombre piadoso , honrado y querido por sus vecinos . Tenía por oficio el ser molinero y solía trabajar en una de las "aceñas" o molinos de agua que hay junto al rio Duero . Habitaba este hombre una casa pobre , cerca de la iglesia de San Claudio de Olivares , en los extramuros de la ciudad . No pasaba domingo ni celebración sin que el buen molinero se acercara a la iglesia para rezar fervorosamente al Santísimo Cristo de Olivares , dándole gracias por los beneficios que le concedía y pidiendo favores para su familia y sus convecinos . La figura del Cristo es una pobre talla de madera , esculpida con poco arte , y en vez de flores , adornan el Calvario algunos cardos secos y una calavera . Tanta era la devoción que el molinero tenía por su Cristo que se empeñó en hacerlo desfilar en la Semana Santa , del mismo modo que se hacía con otras figuras y pasos de las iglesias zamoranas . Pidió consultas al obispo y viendo éste que la intención era buena y que no había ningún motivo para rechazar su pretensión , autorizó que se sacara el Cristo de Olivares en procesión el miercoles , a la caída de la tarde . Convocó el molinero a sus vecinos y les comunicó la buena noticia , pero fueron pocos los que quisieron acompañar al Cristo a esas horas tardías , cuando el viento hiela los huesos y es más agradable el fuego y el vino . De modo que llegado el miercoles santo , los devotos alzaron en hombros la figura y salieron del templo . Como era noche cerrada y hacía un frío de mil demonios , los feligreses tomaron sus capas , llamadas de Aliste o alistanas , porque en esa parte de Zamora las utilizan los pastores para protegerse de las inclemencias del tiempo . Así íban los veinte o treinta cofrades , ataviados con sus pobres capas pardas y llevando en andas al triste Cristo , que crujía sobre sus hombros. Al subir por la Cuesta del Mercado , ya dentro de las murallas , esperaban los zamoranos ver la nueva procesión , de la que se llevaba hablando algunos días en las plazas y los corrillos . Pero he aqui que todo fueron burlas al ver tan triste congregación , con aquellas raídas capas pardas del pueblo , con aquel Cristo sin flores y tan pobremente esculpido . Durante todo el recorrido tuvieron que soportar las mofas y las chanzas de los zamoranos , que se reían abiertamente de la mísera comitiva . Ya volvían los cofrades a su iglesia, cuando al pasar junto a la Catedral , sin que nadie tocara las campanas , éstas comenzaron a dar a muerto y a oficio de difuntos . Grave fue la sospresa de todos los habitantes de la ciudad , que hincaron sus rodillas ante el Cristo y pidieron humildemente perdón por su malvada conducta . Desde entonces , la cofradía del Santísimo Cristo de Olivares fue una de las más respetadas y un piadosos silencio puede observarse a lo largo de todo su recorrido . La congregación de las capas pardas dejó de desfilar cuando el molinero pasó a mejor vida y la tradición se perdió durante algún tiempo ; después , se recuperó ya en el siglo XX , imitando aquel desfile procesional . Sus cofrades van ataviados con las ásperas capas alistanas , muy poco utilizadas en la actualidad , y portan candeleros , hacen sonar lúgubres carracas y un cortejo musical cierra la procesión . Las campanas de la torre del Salvador vuelven a tocar a muerto cada Miércoles Santo . La Semana Santa de Zamora pasa por ser una de las mas importantes de España , en parte porque algunas de sus cofradías se remontan a los siglos XV y XVI ; en parte porque los grupos escultóricos , o pasos , poseen una calidad artística indudable ; y en parte porque es conocido el fervor y el respeto de los ciudadanos en los desfiles procesionales .



1 comentario:

Paquita Pedros dijo...

Muchisimas gracias por tu comentario me alegro mucho que te gusten mis poemas tu blog es muy interesante
un beso