jueves, 24 de septiembre de 2009

Manuel Hedilla Larrey



Manuel Hedilla Larrey
(Santander, 1902 - Palma de Mallorca, 1970) Político español. Militante de Falange Española de las JONS desde 1934, fue elegido, al año siguiente, jefe del partido en su provincia natal y consejero nacional. En julio de 1936 participó en el alzamiento militar que desencadenó la Guerra Civil española realizando un destacado papel en la sublevación de La Coruña y Vigo. En los primeros días de septiembre de 1936 es elegido en Valladolid jefe nacional de la Junta de Mando Provisional de Falange Española de las JONS. Poco tiempo después dirigió una carta al secretario general de la Sociedad de Naciones en la que manifestaba su oposición a la evacuación de los niños españoles residentes en la zona republicana y su traslado a la URSS. Más tarde condenó a través de Radio Castilla de Burgos los asesinatos incontrolados que se estaban realizando en la zona nacional.
El 15 de abril de 1937 convocó una reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Falange Española, a celebrar el día 25 del mismo mes y año, con el fin de solucionar la "...aguda crisis de autoridad, disciplina y relajación de los principios nacionalsindicalistas, ocasionados por el carácter provisional del régimen de la Junta de Mando...". Los problemas primordiales que se hacía necesario abordar eran dos: por una parte, la disolución de la Junta de Mando Provisional y, por otra, la elección de un jefe nacional del movimiento hasta el regreso de José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante y al que se creía vivo.
El día 16 de abril de 1937 Agustín Aznar, José Moreno, Jesús Muro, Sancho Dávila y Rafael Garcerán redactaron un pliego de cargos contra Manuel Hedilla y, a continuación, acordaron destituirle de su cargo, disolver la Junta de Mando Provisional, instituir un triunvirato compuesto por Aznar, Dávila y Moreno que se hacía cargo desde ese mismo momento de la jefatura nacional, y convocar un consejo nacional. Tras intentar en vano la conciliación entre ambas partes el día 18 se celebró una reunión del consejo nacional, en un ambiente tenso y crispado, en la que Manuel Hedilla salió elegido jefe nacional de Falange Española de las JONS, quien de inmediato notificó su elección al jefe del Estado, el general Franco.
El 19 de abril Radio Nacional de España emitía un discurso de Franco en el que se hizo publico el decreto por el cual Falange Española y Requetés se integraban en una sola entidad política denominada Falange Española Tradicionalista y de las JONS bajo la jefatura única y suprema de Francisco Franco. El 22 de abril de 1937 Manuel Hedilla se enteró por la prensa de su nombramiento como miembro del Secretariado Político de FET y de las JONS quien, contrario a la Unificación, rechazó su nuevo cargo.

Fue detenido en su domicilio por un comisario de policía e ingresado en prisión. Un juez militar dictó auto de procesamiento contra él, imputándole el querer alejar del mando civil y político de la España nacional al general Franco. Considerando ciertos todos los cargos, la autoridad militar dictó auto de procesamiento y prisión para Manuel Hedilla y una veintena de falangistas más. El 5 de junio se celebró en Salamanca el consejo de guerra contra todos los imputados. Hedilla y otros tres falangistas fueron condenados a muerte, el resto fue condenado a penas menores. Días más tarde un nuevo consejo de guerra condenaba también a muerte a Hedilla por el asesinato, en la noche del 16 al 17 de abril de 1937, del falangista José María Alonso Goyo, consejero del SEU que intentó mediar en el conflicto interno surgido en Falange Española de las JONS con motivo de la elección del jefe nacional del movimiento.
El general Franco indultó a Manuel Hedilla de las dos penas capitales conmutándolas por la de veinte años de prisión. Acto seguido fue trasladado de Salamanca a la cárcel de Cádiz, y de ahí a la prisión de Las Palmas (Gran Canaria). El 18 de julio de 1941 se acordó por decreto del jefe del Estado conmutarle el resto de la pena por la de confinamiento. En Palma de Mallorca (Baleares) encontró un empleo burocrático que le permitió hacer frente a sus necesidades familiares, al tiempo, rechazó todas las ofertas de sus correligionarios para que regresara a la política activa. En 1946 fue puesto en libertad y desde entonces hasta el final de sus días luchó en vano por conseguir su rehabilitación.

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