viernes, 2 de julio de 2010
La dama de la Torre del Oro de Sevilla
Todas las ciudades y pueblos de España pueden contar leyendas , a cada cual más llamativa y apasionante , pero la audacia imaginativa de los andaluces conviene destacarse . Es por ello que en Andalucía cada casa , cada plaza y cada esquina son pruebas de un pasado legendario , misterioso o sobrenatural. Una de estas pruebas irrefutables es la Torre del Oro . Como se sabe , la torre sevillana vecina del Guadalquivir es una de las maravillas andaluzas y uno de los símbolos de la ciudad . Cualquier sevillano bien nacido asegura que la Torre en cuestión estuvo "verdaderamente" cubierta de oro en tiempos de los musulmanes , y que su resplandor podía verse desde las marismas e incluso desde el mar abierto . Los más exagerados afirmarán que la Torre no sólo estaba cubierta de oro por fuera , sino también !!!por dentro!!! , lo cual es bastante probable teniendo en cuenta el uso que se le dió en los siglos XV y XVI . Sin embargo , la leyenda más atractiva respecto a la hermosa Torre del Oro es la que tiene como protagonistas a una hermosa dama y al rey Don Pedro I , llamado "el cruel" , allá por el siglo XIV . De este rey se cuentan los hechos mas sanguinarios y despóticos , y la tradición lo ha colocado como personaje central de narraciones donde es necesario un malvado o un tirano . Pues bien , este Don Pedro se habia enamorado de una dama sevillana cuya hermosura se alababa en todos los patios de Sevilla . La joven , cuyo nombre se desconoce , estaba ya casada con un caballero , pero éste se hallaba fuera de la ciudad por precaución , ya que era de todos conocido que estaba aliado con Don Enrique , el hermanastro de Don Pedro . Otras versiones aseguran que simplemente , el caballero estaba "en la guerra" . En lo que todos los sevillanos estan de acuerdo es que Don Pedro comenzó a asediar a la joven , y que cuanto más la veía , más enamorado estaba de ella . Sin embargo , la dama era muy pudorosa , y para evitar tentaciones , se recluyó en un convento a la espera del regreso de su amado esposo . No gustó nada esta resolución en la corte de Don Pedro , y sin tardanza , ordenó que se profanara el retiro conventual y se secuestrara a la hermosa dama . ¿Para que decir los llantos y las amarguras de la joven prisionera? . Los sevillanos aseguran que su pelo era tan semejante a las madejas de oro que de esa comparación le viene el nombre a la Torre donde fué encerrada . Los pescadores del Guadalquivir y los ciudadanos tenían tanta lástima por la muchacha como temor del rey , de modo que comenzaron a hablar de la Torre del Oro , por no decir la "Torre de la prisionera" , o la "Torre de la infamia" , como convenía al caso . Amargada por su funesta suerte , la dama quiso evitar la causa de sus desdichas y se hizo rasurar la cabeza , mientras lanzaba sus cabellos de oro por un ventanuco de su prisión . Este suceso asombró a los sevillanos , los cuales renunciaron a llamar de otro modo cualquiera a la Torre desde la cual habían visto caer oro verdadero y cierto . No contenta con tal hazaña , la hermosa joven quiso marcarse el rostro con un puñal y pidió a la vieja que la custodiaba un arma para desfigurarse . La vieja , avarienta y pérfida , salió de la celda , mas , en vez de buscar una daga , se fué a palacio y contó al rey todo cuanto había hecho la joven y lo que deseaba hacer . ---!!!Maldita sea mi suerte!!!---gritó´ don Pedro al conocer los hechos , y corrió hacia la Torre donde estaba la dama de los cabellos de oro . Ya en la Torre , don Pedro perpetró horribles crimenes contra la virtud de la dama , y dejandola humillada y malherida , renegó de ella . Se dice que la joven volvió al convento y que allí murió de pena y de verguenza , mucho antes de que su marido regresara . La maldición que don Pedro hiciera sobre sí mismo se vió cumplida años más tarde en el castillo de Montiel , en la actual provincia de Ciudad Real . Para resolver los derechos de sucesión al trono de Castilla , don Enrique de Trastámara convino una reunión con don Pedro el Cruel , y una vez allí , la conferencia acabó en disputa . Varios nobles se echaron sobre don Pedro y allí mismo quedó muerto . Preguntado Beltrán de Guesclin si había ayudado a don Enrique en el asesinato de su hermanastro , el noble francés replicó : " Ni quito ni pongo rey , pero ayudo a mi señor" . Acaecieron estos hechos en el año de 1369 .
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