martes, 21 de diciembre de 2010
Leyla y la Fortaleza de Magacela
viernes, 17 de diciembre de 2010
Orden Militar de Alcàntara
Esta cruz de sinople flordelisada es la insignia de la orden de Alcántara, fundada hacia el año 1156.
En 1218 trasladó su sede a la ciudad de Alcántara, en Extremadura.
Tuvo especial importancia en la reconquista de esta región.
Fue fundada como Cofradía de Armas en 1156 por varios caballeros de Salamanca a cuyo frente figuraba don Suero Fernández Barrientos, que lucharon denodadamente contra los moros en la fortaleza de San Julián del Pereiro. Fue confirmada por el Papa Alejandro III en calidad de Orden de Caballería. En sus comienzos se llamó Orden de San Julián del Pereiro. Adoptó la regla del Císter y fue enriquecida por el Rey Fernando II de Castilla. El Papa Lucio III la puso bajo la custodia directa de la Santa Sede, obligándose la Orden a la defensa de la fe y a la guerra perpetua contra los moros. Vestían túnica de lana blanca muy larga y capa negra, que sustituían por un manto blanco en las ceremonias, adoptando como blasón un peral silvestre con las raices descubiertas y sin hojas sobre campo de oro. Ningún caballero podía recibir los sacramentos sin el manto blanco, que también lo usaban como sudario.
Cuando había paz o tregua, los caballeros permanecían dentro del convento, que desde 1213 tuvo su sede en la villa de Alcántara, de la que tomó el nombre; se la había donado el Rey Alfonso IX de Castilla. En 1494 fue incorporada a la Corona como todas las demás. En 1546 se autorizó el casamiento de los caballeros, que sustituyeron el voto de castidad por el de defender el dogma de la Inmaculada Concepción.
Hasta la ocupación de los franceses em 1808 poseyó la Orden 35 comendadurías con 53 villas y aldeas, dos conventos de comendadores y un colegio en Salamanca fundado en 1552 por Felipe II cuando era Príncipe.
La República suprimió esta Orden en 1873, pero el Rey Don Alfonso XII la restauró. Sus dignidades son Gran Maestre, que al igual que en las otras Ordenes lo es el Rey, Comendador Mayor, Clavero, Gobernador eclesiástico del priorato del sacro convento, y los priores de Mazarela, Zalamea y Rollan
La villa de Alcántara y sus alrededores alcanzó gran prosperidad bajo el gobierno de los Maestres. Tenían fábricas de paños, de sayales, de jergas y de lienzos. El comercio se hacía por Lisboa sirviéndose de grandes barcas y veleras, exportando curtidos, calzado, lienzos, granos, ganados, vinos, etc.
Como destacados hechos de armas diremos que sabedores los caballeros de Alcántara de que Alfonso VIII preparaba una acometida en la Extremadura musulmana, ofrecieron sus servicios al Rey y fueron aceptados, llevando triunfalmente el pendón de Castilla hasta las playas de Algeciras. El Rey encomendó a los caballeros la guarda de Trujillo, donde fundaron un convento, y el mismo Alfonso VIII les donó la villa de Ronda. La toma del castillo de Almeida, efectuada con auxilio de los caballeros de Santiago, es también un hecho notable. En 1221 el Maestre don Nuño Fernández habiendo recibido el pendón de manos del Rey en Ciudad Rodrigo, reunió un gran número de caballeros y cayó sobre Valencia de Alcántara adueñandose de ella. También se distinguieron en la toma de Badajoz. El Maestre don Arias Pérez recobró de los moros la ciudad de Trujillo y las plazas de Magacela y Zalamea, y en una segunda campaña de Medellín.
Al Maestre don Alonso de Monroy se deben desgraciadamente las guerras entre cristianos que sostuvieron León y Extremadura en el siglo XV. Su participación en la toma de Granada fue el último hecho de armas de los caballeros de Alcántara como Orden independiente, si bien tuvieron muchas otras ocasiones de distinguirse, en cuantas ocasiones tuvo España que enfrentarse a sus enemigos, así como los de Calatrava y Santiago.
Quienes pretenden el ingreso en esta corporación han de probar en sus cuatro primeros apellidos ser hijodalgo a fuero de España, y no de privilegio, con escudo de armas, de acreditación fehaciente, también por las cuatro líneas, y ser descendiente de casa solar él, su padre, madre y abuelos, sin haber tenido ninguno de ellos oficios viles, mecánicos o industriales.
jueves, 16 de diciembre de 2010
LAS DOCE EN PUNTO Y SERENO
Hace ya bastantes años desaparecieron de las calles de nuestras ciudades los serenos, siempre prontos y dispuestos a acudir a la llamada de los vecinos que volvían a casa de noche.
El típico sereno era asturiano, concretamente de la zona de Cangas del Narcea, y solía cubrirse con una pequeña gorra, llevaba un voluminoso manojo de grandes llaves —como eran antes las de los portales— y un chuzo, una especie de bastón o palo grueso terminado en punta de hierro. Cuando golpeaban con él los adoquines o baldosas de la calle, el chuzo hacía salir chispas. Esa era su arma intimidatoria, que también servía de defensa en el caso de que alguien les atacara o pretendiera robarles.
Uno de sus cometidos consistía en cantar las horas a intervalos de quince minutos, lo que suponía un total de cuatro veces a la hora. Como no siempre llevaban reloj, el tiempo aproximado a veces lo medían caminando cuarenta o cincuenta pasos, y entonaban de nuevo su cantinela: “¡Las doce en punto y sereno!”
El sereno fué uno de los oficios mas emblemáticos de los barrios de España y Latinoamérica , aunque no en todos los lugares tenía las mismas responsabilidades . En España fué el encargado durante decadas de encender las farolas con la caída de la noche , y vigilar las calles mientras la noche durase . Así mismo , tambien tenía en su poder las llaves de todos los portales para quien la necesitara durante la noche . Este oficio se perdió con la llegada de los porteros automáticos , aunque en los últimos años se ha intentado recuperar en varias ciudades españolas como Gijón y Murcia .
lunes, 6 de diciembre de 2010
Cuatro estudiantes en Salamanca
La hermosa ciudad de Salamanca tiene tantos encantos que cualquier elogio que de ella se dijera quedaría corto y vulgar . Aunque su Universidad tiene mucha fama , los doctos profesores que enseñan allí suelen repetir algunos dichos y refranes bien conocidos : "Quod natura non dat , Salmantica non praestat" (Lo que no da la naturaleza , no lo presta Salamanca) , y este otro "Quien va burro a Salamanca , de Salamanca vuelve burro" . Y así es en efecto : que no todos los que pasan por aquellas aulas aprovechan sus enseñanzas Allí impartió clases de Teología Fray Luis de León , quien después de salir de su injusta prisión , volvió a su aula y comenzó la lección del siguiente modo : "Deciamos ayer....". En fin , Salamanca es mucho más que su Universidad y a cada paso pueden encontrarse maravillas arquitectónicas y rincones deliciosos que encantan a los viajeros . Además de la catedral , de la prodigiosa fachada de la Universidad , de los innumerables palacios y de las tortuosas calles del barrio viejo , los curiosos visitantes suelen admirar el llamado Jardín de Melibea , donde , según se dice , tuvieron sus romanticos encuentros los dos amantes de la obra de Fernando de Rojas . La casa de las Conchas atrae también las miradas del paseante y no faltará quien le diga que bajo una de esas conchas se encuentra un tesoro . Como no podía ser menos , Salamanca también cuenta con un buen surtido de leyendas . A continuación se da noticia de una muy popular entre los estudiantes . Hace mucho tiempo , quizás antes de que el doctor Diego de Torres Villaroel escandalizara la ciudad con sus extravagancias , llegaron a Salamanca cuatro jovenes con el ánimo de inscribirse en la Universidad y cursar letras . Carlos , Guillermo , Francisco y José , que así se llamaban , venían pensando por el camino donde dormirían aquella noche , pues no conocían la ciudad y temían que les engañaran en el precio . Los cuatro amigos llegaron a la Plaza Mayor y aún no habían visto posada ni figón que se acomodara a su escaso bolsillo . Siguieron por la Rúa y llegaron a la Catedral , pero en ningún lugar hallaban acomodo : o bien las posadas eran muy caras o bien otros estudiantes se les habían adelantado . Llegaba la noche y el frío helaba los huesos de los cuatro jovenes . De modo que se resolvieron a entrar en el primer lugar que encontraran , aunque fuese pajar o porqueriza . En esto , una mujer anciana que salía de la Catedral se les acerco y les preguntó si tenían donde dormir aquella noche . Los muchachos contestaron que no , y el más joven de ellos , José , aseguró que daría un ojo y siete años de su vida por dormir aquella noche bajo techo . La mujer les enseñó su casa y a los cuatro estudiantes les pareció bién. --Pero habéis de saber , hijos míos , que a veces se oyen ruidos y gemidos , como si hubiera almas en pena . Mas si os quedáis , os cobraré la mitad ---. Convinieron los muchachos y se hizo el trato . Los jovenes no creían rn los espíritus y tachaban de supersticiosos ignorantes a los aldeanos que hablaban de fantasmas y almas en pena . De modo que acostándose cada cual en su cama , se quedaron dormidos profundamente . Pero llegada la medianoche , se despertaron sobresaltados ; pudieron oír con claridad el sonido de unas cadenas que se arrastraban por el corredor ; las tablas del suelo crujían : el candil que lúgubremente iluminaba la estancia palpitaba como si el viento de la muerte rondara en aquella sala ; ciertos gemidos , como los de una niña que llora , sobrecogieron a los jovenes ; y una respiración honda , como la que tienen los tuberculosos , amenazaba tras la puerta . Los cuatro muchachos se apiñaron en un extremo de la alcoba , temerosos y atenazados por el miedo . De pronto , la respiración pareció entrar en la sala y una neblina verde se deslizó bajo la puerta . Una voz profunda , como la que aseguran que se oye en los cementerios , habló y dijo : ---No temáis . Solo soy un alma en pena . Yo forcé a una niña de diecisiete años y la degollé...y la arrojé al pozo del patio ....!Sacadla de allí! !Sacadla de allí! Y con el tesoro que hallaréis , mandad decir 700 misas por mi alma.
Quedaron sobrecogidos los muchachos , pero al poco todos los ruidos habían cesado y la casa quedó en paz . Asomóse Guillermo por la ventana y vio que tal como había dicho el espiritú , había un pozo en el patio . No tardaron mucho los cuatro estudiantes en bajar a la cocina y llamaron a la mujer para contarle lo sucedido , pero por ningún lugar pudieron encontrarla . Decididos y curiosos como eran , salieron al patio y tomaron unas cuerdas con las que pudieran bajar al pozo . Carlos y Francisco , que eran osados y valintes , descendieron y comprobaron que , efectivamente , allí reposaban los huesos de una persona . Creyeron entonces a pies juntillas lo que les había dicho el espíritu y corrieron a dar aviso al Obispo . Éste les dijo que aunque había oído hablar de aquel fantasma , él nunca había querido darle verosimilitud , pero que accedía a enterrar aquellos huesos en la iglesia , tal y como los jovenes pedían . De vuelta a la casa , los jovenes quisieron descansar pero cuando Francisco fue a abrir un armario para coger una manta , halló un cofre con un inmenso tesoro . Y en esto vieron que el fantasma no les había engañado . Al día siguiente concertaron las setecientas misas por el alma del asesino y repartieron lo sobrante entre ellos , viviendo en la mayor felicidad durante su estancia en la ciudad de Salamanca . Se ha de decir que todos completaron sus estudios con gran provecho y que todos siguieron el camino de sus vidas con felicidad y alegría , salvo uno . El mas joven de todos , José , perdió la vista del ojo derecho , con lo cual aprendió a no jurar en vano , y durante siete años sufrió grandes penurias y se vió pobre y miserable vagando por las calles , hasta que al fin fue perdonado y vivió feliz el resto de sus días.
Quedaron sobrecogidos los muchachos , pero al poco todos los ruidos habían cesado y la casa quedó en paz . Asomóse Guillermo por la ventana y vio que tal como había dicho el espiritú , había un pozo en el patio . No tardaron mucho los cuatro estudiantes en bajar a la cocina y llamaron a la mujer para contarle lo sucedido , pero por ningún lugar pudieron encontrarla . Decididos y curiosos como eran , salieron al patio y tomaron unas cuerdas con las que pudieran bajar al pozo . Carlos y Francisco , que eran osados y valintes , descendieron y comprobaron que , efectivamente , allí reposaban los huesos de una persona . Creyeron entonces a pies juntillas lo que les había dicho el espíritu y corrieron a dar aviso al Obispo . Éste les dijo que aunque había oído hablar de aquel fantasma , él nunca había querido darle verosimilitud , pero que accedía a enterrar aquellos huesos en la iglesia , tal y como los jovenes pedían . De vuelta a la casa , los jovenes quisieron descansar pero cuando Francisco fue a abrir un armario para coger una manta , halló un cofre con un inmenso tesoro . Y en esto vieron que el fantasma no les había engañado . Al día siguiente concertaron las setecientas misas por el alma del asesino y repartieron lo sobrante entre ellos , viviendo en la mayor felicidad durante su estancia en la ciudad de Salamanca . Se ha de decir que todos completaron sus estudios con gran provecho y que todos siguieron el camino de sus vidas con felicidad y alegría , salvo uno . El mas joven de todos , José , perdió la vista del ojo derecho , con lo cual aprendió a no jurar en vano , y durante siete años sufrió grandes penurias y se vió pobre y miserable vagando por las calles , hasta que al fin fue perdonado y vivió feliz el resto de sus días.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Juan de la Cosa
Nació en Santoña, Cantabria. A partir de 1492 participó en siete viajes y expediciones al Nuevo Mundo. Cristóbal Colón le ofreció que participara con su nave Santa María en su primer viaje al Nuevo Mundo. Descubiertas las nuevas tierras, la Santa María se hundió y Colón le acusó de impericia; sin embargo, la Corona le indemnizó por la pérdida. En su segundo viaje (1493-1496) Colón volvió a contar con él como piloto mayor y la misión de trazar el mapa de las tierras que visitaran. Partieron de la bahía de Cádiz y descubrieron las islas Dominica, San Juan de Puerto Rico, Montserrat, Guadalupe y otras. A su regreso recorrió las costas del Cantábrico, para fijar poco después su residencia en el Puerto de Santa María. El tercer viaje (1499-1500) lo hizo como primer piloto de la expedición de Alonso de Ojeda, en la que participaba también Américo Vespucio. Desembarcaron en la isla Margarita y recorrieron el litoral de Venezuela desde Paria hasta el cabo de la Vela. En España realizó el primer mapamundi en el que aparecían las tierras descubiertas. Hecho para los Reyes Católicos, está dibujado sobre dos pergaminos unidos, que en conjunto miden casi dos metros por uno. Está construido sobre una red de rosas de los vientos unidas por rumbos, con el trópico de Cáncer como eje; carece de graduación y fue ricamente decorado con pan de oro, colores y abundantes figuras de barcos y personajes míticos o religiosos. Puede ser considerado el mapa patrón en que se resumía la más ajustada representación del Mundo y del que los cosmógrafos sacaban las cartas de navegación para uso de los pilotos en viajes posteriores. En el cuarto viaje (1501-1502) partió como primer piloto de la flota mandada por Rodrigo de Bastidas. Recorrieron las costas de Tierra Firme, llegaron al golfo de Urabá, al puerto de Retrete y a Nombre de Dios, en el istmo de Panamá. En 1502 regresaron a España, y la reina Isabel premió sus servicios nombrándole alguacil mayor de Urabá, por Real Cédula de 2 de abril de 1503. Fue en ese año cuando permaneció un breve tiempo encarcelado en Portugal, ante cuya corte presentó la reclamación española por la actuación de los barcos portugueses fuera de su demarcación. El quinto viaje (1504-1506) lo hizo al mando de una expedición de cuatro buques para vigilar las costas de tierra firme hasta el golfo de Urabá. En 1507, se le encargó la vigilancia de las costas españolas desde el cabo de San Vicente hasta Cádiz, para apresar cualquier navío portugués que volviera de América. El sexto viaje (1507-1508) lo realizó con Bastidas. La reina Juana I la Loca le confirmó en su empleo de alguacil mayor de Urabá, a título hereditario. En 1509 tuvo lugar el último viaje al mando de un navío y dos bergantines rumbo a Santo Domingo, al encuentro de Alonso de Ojeda, que había sido nombrado gobernador de la Nueva Andalucía. Medió entre Ojeda y Diego de Nicuesa, que se disputaban los límites de sus gobiernos en tierra firme. Inició una expedición de conquista con Ojeda, a quien propuso la fundación de una colonia en la costa del golfo de Urabá sin hostigar a una tribu asentada en el emplazamiento de la actual Cartagena de Indias. Ojeda, desoyendo el consejo, optó por atacar a los indios. De la Cosa cayó abatido por flechas envenenadas el 28 de febrero de 1510.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Entrada especial de blog .- Carta que Ricardo Portabales Jr. envía diariamente al Gobierno . Publicada aquí con el permiso de Ricardo.
Esta carta que envio diariamente a presidencia del gobierno y al ministerio del interior os contara algo un saludo y gracias de todo corazon por aceptarme.
Me dirijo a ustedes con el fin de que nos ayuden por el mal trago que estamos pasando la familia Portabales.
La familia Portabales somos una de las más protegidas y amenazadas de muerte de este país, por este motivo me dirijo a ustedes para que tomen cartas en el asunto y no se haga más montaña de un grano que quieren hacer tanto periodistas como chupópteros de toda clase.
Solo les pido por favor que nos ayuden ya que vinimos a Madrid escoltados con uñas y dientes por las fuerzas de seguridad del estado, cuatro niños pequeños que éramos mi padre y mi madre, por todo ello, estuvimos conviviendo todos estos años escoltados y amenazados como les decía, y ahora de buenas a primeras nos echan a la calle sin ninguna explicación, bueno solo nos dicen que como las arcas del estado se han resentido tenemos que abandonar nuestro domicilio y el poco dinero que nos daban nos lo quitaban.
¿Como comemos? ¿Donde vivimos? ¿Que hacemos? estamos muy preocupados queremos coger un abogado y ni dinero nos han dejado queremos ir a la corte suprema a donde sea por que no es justo lo que han echo con nosotros, con mi familia.
El ministerio del Interior nos trajo para Madrid por orden de Baltasar Garzón ya sabemos que tiene muchos problemas y nosotros no queremos añadir mas leña al fuego pero tienen que hacer las cosas bien, aunque sea un piso de protección oficial y algún dinero para empezar nuestras vidas por que cayó en nuestras manos una cinta sin quererlo, por que aun tenemos amigos periodistas, y escoltas que nos apoyan y en esa cinta se decía que un dinero destinado a la familia Portabales para rehacer sus vidas fue cobrado al portador en la cuenta de un Juez. Eso no es justo perdimos nuestra casa de Galicia nuestros trabajos tras la Operación Necora Mago Pinton y muchas mas que se produjeron en España, y ahora nos pagan con esta moneda de echarnos así a la calle cuando otros se llenan los bolsillos, nos es justo se que hay gente que lo esta pasando muy mal, pero ese muy mal también lo estamos pasando nosotros, encima de quitarnos todo tenemos que ir a pedir. Nos dieron todo nos trajeron para Madrid y nos trataban como a marqueses mientras les interesó, ahora nos dejan desamparados y en la calle. ¿Es que no hay Justicia? por favor ayúdennos yo perdí toda mi infancia y mis hermanos también siendo muy pequeños en vez de jugar con otros niños no nos dejaban salir del chalet de donde nos tenían escondidos y jugábamos con los escoltas aprendíamos a desmontar metralletas pistolas ha utilizar la radio a conducir y muchas cosas mas todos estos años nadie se preocupo de las secuelas que nos podrían acarrear todo aquello en vez de ir a colegios venían profesores particulares a casa pero del miedo que tenían ya no volvían claro al ver a los hombres escoltados en la puerta del chalet y con las metralletas al hombro y cuando sobrevolaba un helicóptero los escoltas nos decían meteros dentro de la casa y acurrucaros y cerrar todas las ventanas mientras ellos apuntaban con sus metralletas hacia el cielo al final detenían al helicóptero y se trataba de periodistas, parece de película lo sé, pero es mi vida, y es muy dura.
Con el paso de los años yo no aguantaba mas y me fui y los escoltas me decían ten cuidado aun me lo dicen por que de los muchos que han pasado por mi familia muchos aun son buenos amigos y nos llaman para preocuparse y nos dicen que no es justo lo que han echo con nosotros. Esto les salpicara en la cara, pero aun pueden arreglar las cosas.
Por favor ayúdennos. echan a la calle a mi madre con 60 años sin trabajo todos estos años escoltados nos prepararon el DNI falso a todos nosotros, pero nada mas y encima muchos de los inspectores de policía que venían a casa incluso algún político que otro, bueno… muchos han venido, ahora tienen cargos muy importantes en ministerios y ni siquiera nos ayudan después de los servicios prestados a España y dar la vida por España por algunos señores del Gobierno ¿así nos pagan...? les daré mas detalles cuando me llamen.
Atentamente y perdonen las molestias:
Ricardo Portabales (Hijo)
http://www.diariodealcala.es/articulo_c/general/1408/la-historia-de-los-hijos-de-portabales
jueves, 25 de noviembre de 2010
La mano horadada de Alfonso VI
Como se sabe , Alfonso VI se vio obligado a huir de León ante la persecución de su hermano Sancho de Castilla . El ambicioso Sancho deseó siempre , desde la muerte de su padre don Fernando , ser el único e indiscutible rey de los territorios cristianos de Castilla y León , para lo cual puso precio a la cabeza de Alfonso y asedió las ciudades de Zamora y Toro . Aterrorizado por la violencia de Sancho , don Alfonso partió hacia Toledo y se entregó a los moros , de los cuales esperaba acaso más benevolencia que de su propio hermano . En la maravillosa ciudad del Tajo , Alfonso encontró asilo en el palacio de Al-Mammún , el cual , lejos de mantenerlo como cautivo , le ofreció todas las comodidades posibles : le destinó grandes salones tapizados , un jardín hermoso y varias jovenes moras con las que pudiera entretenerse . De paso , Al-Mammún consideraba que tener en el palacio al heredero de Castilla podría proporcionarle algún beneficio : no descartaba , por ejemplo , que Alfonso se tornara ambicioso y que ayudara a los moros a derrotar a su hermano Sancho . Pues bien , en esta situación se produjo un hecho que ha quedado entre las leyendas mas famosas de la historia de España : se ha recogido en numerosos libros , ha sido motivo de dramas y romances , y se ha tenido como una prueba de valor y serenidad en el rey Alfonso . Se trata de la leyenda de la mano horadada. El caso es que en cierta ocasión se hallaba don Alfonso en su jardín , complacido en la belleza de las plantas y las flores . Estando en tan ameno lugar , llegaron hasta èl las voces de unos moros que discutían acaloradamente . Volvióse don Alfonso para oír mejor lo que decían , pero no podía escuchar con claridad los argumentos . Mandó a las moras que le dejasen solo y avanzó por la rosaleda hasta un diván , en el extremo del jardín . Allí , escondido tras una celosía enramada , pudo oír a Al-Mammún , que debatía con otros moros ciertos asuntos de guerra . La preocupación máxima de los moros por aquella época era el portentoso avance de los cristianos , y algunos sarracenos dudaban de la capacidad de la ciudad de Toledo para resistir las embestidas de Castilla . Al-Mammún suponía que colocar varias guarniciones en los montes cercanos sería suficiente para frenar a los cristianos , pero un árabe viejo y sabio proponía disponer todas las fuerzas en el interior de la muralla. De pronto , este viejo árabe interrumpió su discurso y señaló el lugar donde estaba don Alfonso escondido , y desde donde había escuchado toda la conversación . ---Ese perro infiel nos ha espiado---dijo un capitán , dispuesto a sacar su cimitarra . Rodearon todos la celosía dispuestos a matar allí mismo al heredero de Castilla , pero cuando se plantaron ante él , vieron que don Alfonso estaba profundamente dormido en el diván . Al-Mammún , dijo que no había nada que temer , porque el cristiano estaba dormido y nada había escuchado : bastaba con retirarse a otra sala y seguir deliberando sobre las cuestiones de la defensa de Toledo . Pero el viejo árabe levantó su mano derecha y dijo : ---Callad--- y mirando con gesto cómplice a sus amigos , añadió-: derramaremos plomo fundido en su mano , y veremos . Esperaban todos que don Alfonso , si estaba despierto , saltaría del diván pidiendo clemencia , pero , aunque en realidad lo había oído todo , permaneció tranquilo y ni un solo músculo de su rostro se movió. Aún así , Al-Mammún no estaba convencido y ordenó que se le trajera el plomo fundido , cosa que hizo al momento . Ya podía sentir don Alfonso el calor de la fragua cerca de él , pero no hizo el menor movimiento ni sus facciones expresaron el más mínimo temor . Al-Mammún tomó con cuidado la mano de don Alfonso y éste cedió tranquilamente , como hace quien está verdaderamente dormido y soñando con los ángeles . Con cruel lentitud , el jefe moro cogió el plomo fundido y dejó caer una gota sobre la mano del prisionero . Al momento , don Alfonso se despertó , preguntando : ---¿Que hacéis? ¿Aprovecháis el sueño de un hombre para torturarlo de este modo? ---. Así que los jefes árabes quedaron convencidos de que don Alfonso verdaderamente estaba durmiendo y que no había escuchado nada acerca de la defensa de Toledo . Los moros pidieron disculpas a su huésped y curaron la herida tan bien como pudieron , aunque ya para siempre la mano del rey de Castilla tuvo la marca del plomo fundido . Al poco tiempo , se supo en Toledo que Sancho había muerto en el cerco de Zamora , y don Alfonso pidió a Al-Mammún que le otorgara la libertad , cosa que hizo el moro inmediatamente . Tal vez pueda resultar sorprendente que aquel moro liberara a su prisionero , y más cuando iba a ser coronado rey . De modo que el sarraceno le entregó cuatro caballos y dos sirvientes y dejó que don Alfonso regresara a su patria . Después , el desterrado fue coronado rey con el nombre de Alfonso VI , y tras el memorable suceso de la Jura de Santa Gadea , prosiguió con la Reconquista . No olvidó don Alfonso cuanto había escuchado tras aquella celosía , y mirando la herida de su mano recordaba todos los detalles de la defensa de Toledo . Por esta razón , el rey conocía todos los entresijos de la fortificación y la disposición de las tropas moras en la ciudad . Al cabo de poco tiempo , en el año 1085 , el rey de la mano horadada entraba en Toledo , dando nuevas glorias a Castilla y León.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Don Alonso Pérez de Guzmán en la Torre de Tarifa
A duras penas podía don Alonso contener el ímpetu de los moros : por un lado y por otro acosaban a los cristianos de Tarifa , y a pesar de la heroica defensa de la ciudad , el capitán temía que muy pronto los sarracenos tomarían la fortaleza . Don Alonso Perez de Guzmán se hallaba en su alcoba pero no podía dormir , desde su torre podía ver los fuegos del campamento enemigo y aún pensaba que en cualquier momento los moros aparecerían sobre sus corceles salvajes y que atacarían una vez más su ya maltrecha ciudad . Así había pasado muchas noches , esperando el asalto definitivo , pero los infieles siempre esperaban hasta el amanecer y entonces los soldados de uno y otro bando se enfrentaban cruelmente . Si los moros eran osados en el asedio , los cristianos no les andaban a la zaga . Se fundía plomo , se calentaba aceite , se apilaban las rocas , se aguzaban las espadas y las lanzas , se tensaban los arcos . Toda la noche era febril agitacion en el castillo , esperando el nuevo asalto sarraceno , pero los días pasaban y Tarifa no se rendía . Sin embargo , don Alonso estaba ahora amargado , los moros habían raptado a su joven hijo y lo tenían preso en el campamento . Los vasallos le habían dicho que el muchacho había cometido una imprudencia y que había salido del castillo solo , con la intención de matar al caudillo sarraceno . Las noticias en este punto eran confusas y hubo quien aseguró que ciertos espías lo habían atrapado dentro de la propia fortaleza . ¿Que importaba ya? . Lo único cierto , lo único verdadero era que su hijo estaba en poder del enemigo y que su vida corría peligro . Apenas lograba recordar don Alonso las heroicas proezas de otros tiempos . La amargura por la pérdida de su hijo aumentaba en la consideración de la triste vida que le había concedido el destino , siempre con el escudo preparado , siempre con la lanza en ristre , siempre acuciado por las intrigas políticas , siempre yendo de un lugar a otro , sin paradero ni alegría .! Si entre los moros acechaban algunos cristianos! . !El mismo infante don Juan ayudaba a los sarracenos ! !El mismo hermano del rey lo asediaba tan fuertemente! . Por fin clareaba , la noche había pasado , y en el campamento sarraceno había gran agitación , los moros iban de un lado para otro dando voces y llamando a Alá constantemente . Don Alonso imaginó que en aquella tienda púrpura y blanca estaba su amado hijo , la única esperanza de su vejez , el único honor de su casa . Quién sabe si en aquel precioso amanecer una daga traidora se hendiría en su pecho o si una cimitarra violenta le cortaría el cuello . Acaso cometieran la infamia de ahorcarlo frente a la torre de Tarifa , para dar más pena al padre.--!Basta de penas!-- ,gritó don Alonso en su alcoba . --!Ah de la casa! ¿No hay nadie que vele en el castillo cuando su señor esta despierto? !Los míos , los míos! !Preparad los calderos de aceite hirviendo ! !Aprestad las armas ! !Hoy verán esos perros con quién se están jugando la vida ! . Aún estaba el sol rojo en oriente cuando el castillo bullía en actividad frenética , las mujeres preparaban el condumio , los hombres hacían sonar sus armas , los niños apilaban rocas en la muralla los capitanes disponían los turnos y las escuadras , los viejos martilleaban en los yunques y afilaban las espadas....El mismo don Alonso estaba en la torre observando el campo enemigo . Para su desgracia , los musulmanes no hacían preparativos de guerra . Bien al contrario , se podían ver algunos soldados reunidos en corros , como si estuvieran en tiempo de paz , unos parecían conversar amigablemente , otros jugaban a los dados y otros dormían como perros al sol . Sólo , de tanto en tanto , se reunían los capitanes en la famosa tienda adornada con los colores púrpura y blanco . Pronto comprendió don Alonso que aquel día no habría batalla y que los sarracenos pretendían que Tarifa se rindiera por el dolor de un padre , esperaban seguramente que don Alonso se arrastrara como una prostituta para pedir la liberación de su hijo , que se humillara ante ellos y que rindiera la plaza a cambio de la vida de su vástago . Al fin , desde el campamento musulmán salieron diez hombres de a caballo . Entre siete soldados ataviados con ropas nobles a la usanza mora iban los caballeros principales , allí venía con aire soberbio don Juan , al que los tarifeños llamaban "el perro " , y el famoso caudillo árabe cuyo nombre no se debe pronunciar . Entre ambos , sobre un caballo negro y con las manos atadas , venía un muchacho joven...apenas quince años tendría , con el semblante serio y la mirada fija en la torre . Desde este lugar lo observaba su padre , con los ojos nublados por las lágrimas , allí llegaba su hijo amado , lo único que en la vida le quedaba . Llegó la comisión mora a los pies del castillo y don Alonso apenas podía contener su furia . Así habló el infame sarraceno : --!Tú , Alonso Pérez de Guzmán , llamado "el bueno" , aquí tienes a tu hijo ! ! Te decimos que entregues la plaza de Tarifa o tu hijo morirá ! . Don Alonso escuchaba en lo alto de la torre y miraba a su hijo , que con ojos llorosos pedía clemencia a Dios . Entonces , el heroico defensor de Tarifa tomó una daga de su cintura y con gesto de desprecio se la lanzó al sarraceno , diciendo : --Ahí tienes mi puñal : mátalo si es tu gusto , pero Tarifa no se rinde . Y se volvió a sus aposentos , donde lloró amargamente . Don Alonso Pérez de Guzmán , llamado "el bueno" , murió poco después , en el año 1309 , habiendo dejado en la historia amplio y venerado recuerdo .
sábado, 6 de noviembre de 2010
Las capas pardas
Hace mucho tiempo vivía en la antigua ciudad de Zamora un hombre piadoso , honrado y querido por sus vecinos . Tenía por oficio el ser molinero y solía trabajar en una de las "aceñas" o molinos de agua que hay junto al rio Duero . Habitaba este hombre una casa pobre , cerca de la iglesia de San Claudio de Olivares , en los extramuros de la ciudad . No pasaba domingo ni celebración sin que el buen molinero se acercara a la iglesia para rezar fervorosamente al Santísimo Cristo de Olivares , dándole gracias por los beneficios que le concedía y pidiendo favores para su familia y sus convecinos . La figura del Cristo es una pobre talla de madera , esculpida con poco arte , y en vez de flores , adornan el Calvario algunos cardos secos y una calavera . Tanta era la devoción que el molinero tenía por su Cristo que se empeñó en hacerlo desfilar en la Semana Santa , del mismo modo que se hacía con otras figuras y pasos de las iglesias zamoranas . Pidió consultas al obispo y viendo éste que la intención era buena y que no había ningún motivo para rechazar su pretensión , autorizó que se sacara el Cristo de Olivares en procesión el miercoles , a la caída de la tarde . Convocó el molinero a sus vecinos y les comunicó la buena noticia , pero fueron pocos los que quisieron acompañar al Cristo a esas horas tardías , cuando el viento hiela los huesos y es más agradable el fuego y el vino . De modo que llegado el miercoles santo , los devotos alzaron en hombros la figura y salieron del templo . Como era noche cerrada y hacía un frío de mil demonios , los feligreses tomaron sus capas , llamadas de Aliste o alistanas , porque en esa parte de Zamora las utilizan los pastores para protegerse de las inclemencias del tiempo . Así íban los veinte o treinta cofrades , ataviados con sus pobres capas pardas y llevando en andas al triste Cristo , que crujía sobre sus hombros. Al subir por la Cuesta del Mercado , ya dentro de las murallas , esperaban los zamoranos ver la nueva procesión , de la que se llevaba hablando algunos días en las plazas y los corrillos . Pero he aqui que todo fueron burlas al ver tan triste congregación , con aquellas raídas capas pardas del pueblo , con aquel Cristo sin flores y tan pobremente esculpido . Durante todo el recorrido tuvieron que soportar las mofas y las chanzas de los zamoranos , que se reían abiertamente de la mísera comitiva . Ya volvían los cofrades a su iglesia, cuando al pasar junto a la Catedral , sin que nadie tocara las campanas , éstas comenzaron a dar a muerto y a oficio de difuntos . Grave fue la sospresa de todos los habitantes de la ciudad , que hincaron sus rodillas ante el Cristo y pidieron humildemente perdón por su malvada conducta . Desde entonces , la cofradía del Santísimo Cristo de Olivares fue una de las más respetadas y un piadosos silencio puede observarse a lo largo de todo su recorrido . La congregación de las capas pardas dejó de desfilar cuando el molinero pasó a mejor vida y la tradición se perdió durante algún tiempo ; después , se recuperó ya en el siglo XX , imitando aquel desfile procesional . Sus cofrades van ataviados con las ásperas capas alistanas , muy poco utilizadas en la actualidad , y portan candeleros , hacen sonar lúgubres carracas y un cortejo musical cierra la procesión . Las campanas de la torre del Salvador vuelven a tocar a muerto cada Miércoles Santo . La Semana Santa de Zamora pasa por ser una de las mas importantes de España , en parte porque algunas de sus cofradías se remontan a los siglos XV y XVI ; en parte porque los grupos escultóricos , o pasos , poseen una calidad artística indudable ; y en parte porque es conocido el fervor y el respeto de los ciudadanos en los desfiles procesionales .
domingo, 17 de octubre de 2010
La victoria en Las Navas de Tolosa
Mucho se ha oído acerca de esta tremenda batalla , acaecida en el año 1212 , y en la cual unieron sus fuerzas el rey don Pedro II de Aragón y don Alfonso VIII de Castilla . Tanto un rey como el otro recibieron , al parecer , visitas misteriosas y tuvieron sueños proféticos que les anunciaban el triunfo seguro contra los musulmanes . Una de las historias más conocidas al respecto es la que se cuenta en Oviedo , en la que dos siniestras figuras aparecen en la oscuridad y hablan con voces de ultratumba . Se dice que los asturianos estaban enojados con el rey don Alfonso porque éste había visitado varias veces el sepulcro del Apóstol Santiago , pero nunca había tenido tiempo para acercarse a la iglesia del Salvador , donde todos los ovetenses veneran al Santísimo Cristo . Con cierta verosimilitud , un cronista de fama cuenta que el rey , en una de sus visitas a Santiago , oyó a un ciego que cantaba la siguiente copla : " El que visita a Santiago y no viene al Salvador , rinde tributo al criado y no saluda al Señor " . Al oír estas palabras , don Alfonso se percató de la injusticia con que trataba a los asturianos y no dejó pasar aquel año sin visitar al Santísimo Cristo . La tarde en que llegó la Corte a Oviedo (se puede asegurar) era la más tempestuosa e inclemente que conocieron los siglos . Un viento helado llegaba de las montañas , cargado de lluvia y agujas de hielo , y en la bóveda del cielo retemblaban los truenos y pálidos fulgores iluminaban las calles desiertas . Una fúnebre luz se esparcía por las esquinas y las plazas , pero don Alfonso estaba decidido a visitar al Santísimo y no quiso descansar sin pasar antes por la iglesia . Cuando hubo orado , se retiró a sus aposentos , cedidos cortésmente por el obispo . Cierto es que la tormenta lo inquietaba en extremo y no pudo dormir , y que toda la noche la pasó en vela , oyendo los truenos y espantandose ante los tétricos resplandores de los rayos. Puesto que el era el único en la casa que permanecíá despierto , él sólo fue quien pudo oír unos aldabonazos . Desde luego , los golpes no sonaban en la casa , sino fuera y un tanto más allá .. Aguzando el oído , don Alfonso descubrió que dos figuras cubiertas con capas negras golpeaban en la puerta de la catedral . Atemorizado y espantado , creyéndose víctima de una rebelión urdida a sus espaldas , apagó la luz de su habitación y acechó en la ventana . Desde allí podía ver , con cierta claridad , las dos figuras corpulentas que sin cesar hacían sonar la aldaba de la Santa Iglesia . Al cabo , varios frailes y sacristanes corrieron por los pasillos del palacio episcopal y pasaron a la Catedral . Cuando llegaron a la puerta , apenas se atrevían a hablar : tanto era el temor que los antiguos tenían a las tempestades . -¿Quién es ? ¿ Quién llama a estas horas ? - preguntaron . Un terrible silencio atenazó a los clerigos , un silencio sólo roto por el caer de la lluvia y el siniestro ulular del viento . Al fin , una voz profunda , como venida de los sepulcros , dijo : !-Que venga el rey! . No es para contar la tembladera de rodillas de los sacristanes ni cómo se retorcían las manos de los frailes . Acaso uno se atrevió a mirar por una rendija y pudo ver a los dos embozados . El caso es que todos volvieron al palacio episcopal y despertaron al obispo . --!Dos hombres extraños hay a la puerta de la catedral , Su Ilustrísima . Y piden ver al rey . !--!¿Hemos de despertar al rey por esta nonada?!--refunfuñó el obispo-. Iré yo y veremos que quieren . Todo lo podía oír don Alfonso desde su alcoba y cuanto más oía , más convencido estaba de que una maquinación infame se tramaba contra él , y que si no andaba prevenido , allí mismo le asesinarían . El obispo se levantó y vestido con lo primero que tuvo a mano , pasó también a la catedral , seguido de capellanes , frailes y sacristanes . Cuando llegó a la puerta , preguntó de mal talante :
--!¿ Quienes sois vosotros y que queréis a esta hora ?! . Trás un angustioso silencio , de nuevo pudo oírse la siniestra voz de uno de los embozados , que repitió con lúgubre acentos :- !Que venga el rey!-. No esperaba el obispo esta respuesta y menos aún esperaba oír la voz fantasmal que le contestó . "!Dios Santo!" , dijo para sí , "son los demonios o los espíritus que vienen a buscar a don Alfonso ". Volvieron todos con los faldones arremangados y dando grandes zancadas : unos dse persignaban y otros no querían quedarse los últimos . Al pasar frente al altar , se arrodillaron y se santiguaron con precipitación , cayendo unos sobre otros y se pisaron los tobillos y se golpearon los codos....pero al fin llegaron al palacio y se plantaron ante la habitación del rey . Ni siquiera el obispo tenía valor para anunciarle al monarca tan fantasmal visita . Pero al fin , llamó a la puerta . Cuál no sería su sorpresa , cuando vieron ante ellos a don Alfonso vestido de punta en blanco , con su espada ceñida a la cintura y la corona sobre sus sienes . ---!Quieren verme , y me verán !-- dijo . Y apartando a aquella caterva de clérigos , caminó por el corredor haciendo sonar sus espuelas con fuerza y decisión . Cruzó las naves de la catedral y se dirigió a la puerta . Ni siquiera se detuvo a interrogar a los visitantes : de un fuerte golpe , abrió las dos hojas de la entrada y un viento helado inundó el santo recinto . Allí estaban aquellas lúgubre figuras , bajo la lluvia . De sus gigantescas siluetas negras apenas podía distinguirse nada , sino dos espadas bruñidas que asomaban bajo los mantos y sus ojos que brillaban como los fuegos fatuos en las sepulturas . Cuando el rey se les plantó delante y desenvainó su espada , los dos extraños hincaron sus rodillas en señal de acatamiento y veneración . U no de ellos dijo : --"Rey y señor nuestro : mi nombre es Rodrigo Díaz de Vivar y quien me acompaña es el conde Fernán González .!"-- . Un escalofrío recorrió la espalda del monarca , pero pronto se recuperó de la impresión y contestó : ---!Falsarios! ! No pronuncieis los sagrados nombres de dos caballeros muertos hace muchos años !. --"Pronunciamos nuestros nombres y en ello no ofendemos a Dios . Sabed , rey Alfonso , que en tres días batallaréis contra los moros en las Navas de Tolosa . Mas no temáis , nosotros estaremos allí y los cristianos saldrán vencedores ".--.Y levantandose , se internaron en la oscuridad y desaparecieron de su vista . A ciencia cierta no se sabe si este aviso previno al rey en la batalla , y por supuesto , también se ignora si los dos extraños caballeros eran en verdad el Cid y el conde de Castilla . Lo que es seguro , y esto lo atestiguaron muchas gentes que estuvieron en las Navas de Tolosa , es que se vieron entre los ejércitos cristianos dos caballeros vestidos de negro que no quisieron decir sus nombres a nadie , y que pelearon con fiereza contra los sarracenos haciendo gran carnicería . Tampoco se supo nada de ellos después , porque nunca volvieron a aparecer y todos los creyeron muertos.
viernes, 8 de octubre de 2010
Ciudad de Barcelona
Los primeros testimonios de la presencia del ser humano en el territorio de Barcelona corresponden al final de la época neolítica, unos dos mil años antes de Cristo.
Hacia el siglo VII aC llega gente, de raza céltica, que trajo la metalurgia, la incineración de los muertos y la cerámica con decoración geométrica.
En el gran llano que hoy forma Barcelona, rodeado de montañas por una banda y limitado por el mar, los primeros barceloneses sedentarios -la tribu ibérica de los Layetanos- levantan sus poblados encima de las colinas que se alzan entre la sierra de Collserola y el llano.
Desde las colinas, estos pobladores divisan una llanura poblada de árboles, el mar al fondo, y los ríos Llobregat y Besós a cada lado.
El poblado de Montjuïc llegó a ser el más importante gracias a un puerto natural que se extendía a su pie, en el lado oeste.
Los navegantes que llegaban para vender sus productos lo llamaban Bárkeno.
Más tarde, otros navegantes -los romanos-, llegan pero como fuerzas de ocupación. La Bárkeno ibérica se transforma en la Barcino romana, a los pies de Montjuïc. El núcleo de población crece pero pronto el espacio se hace pequeño. Es preciso buscar un emplazamiento más grande.
La nueva Barcino se alza en el Monte Táber (el actual barrio gótico), en el siglo I antes de nuestra Era.
El templo -aún se conservan algunas columnas - fue construido a inicios del siglo I, dedicado posiblemente a Augusto.
Del siglo II son los restos de dos acueductos relacionados probablemente con las termas.
La ciudad fue construida en la forma colonial, con el cruce del "decumanus" y del "cardo maximus", y el fórum en medio. La ciudad fue rodeada con una muralla con cuatro puertas en los extremos de las dos vías principales. Un conjunto de 74 torras protegen la ciudad.
En los alrededores de la ciudad, se extendían las casas agrícolas, y también los cementerios. Barcino era una pequeña ciudad de 12 hectáreas, con un perímetro de algo más de un quilómetro.
La prosperidad de la ciudad aumentó a partir del siglo II. Se calcula la población de esta época entre 3500 y 5000 habitantes.
A partir del siglo III de nuestra Era, tribus germánicas invaden el Imperio Romano. Barcino también es víctima. Durante esta época llegan las ideas del Cristianismo.
En el año 415, el rey visigodo Ataulfo, casado con Gala Placidia, se estableció en la ciudad que, durante unos cuantos meses fue la corte del reino visigodo, hasta el asesinato de Ataulfo. Los siglos posteriores, Barcelona experimentó un largo período de inestabilidad política.
En el siglo VIII, los árabes hacen irrupción en la Península, ocupan la ciudad y se quedan sin destruirla, durante casi 90 años.
En el 803, los francos la liberan de los árabes y colocan condes para que la gobiernen en su nombre. El más importante de ellos es Vilfredo el Velloso que inicia la Casa de Barcelona.
Los condes catalanes afirman la supremacía del condado de Barcelona. En el siglo XI, Ramon Berenguer I promulga los Usatges de Barcelona, primer texto legislativo catalán.
Las iglesias románicas, emplazadas dentro o fuera de la ciudad, constituyen el arte de este momento donde la escultura se fusiona con los elementos arquitectónicos, ofreciendo escenificaciones bíblicas o de otro tipo.
La ciudad iba creciendo y le venía estrecho el anillo de la muralla romana. Fuera de ella, surgían más casas donde la iglesia o monasterio constituía el centro del nuevo arrabal. Es el caso de la villa nueva del Mar, entorno del templo de Sta.María, cerca de la playa; la de S.Pedro de las Puelas o la del Pino. En el siglo XIII, Barcelona necesita una nueva muralla que defense estos nuevos arrabales. Jaime I se la da. Por la banda oeste, a los pies de la muralla ya había la Rambla, pero en aquellos momentos no era más que un barranco que recogía las aguas de otras rieras que bajaban de la montaña.
Además de la muralla, Jaime I da a Barcelona una asamblea de ciudadanos para gobernarla: el Consejo de Ciento, formado por cuatro consejeros que pertenecen a la gente poderosa de la ciudad y cien jurados elegidos entre los ciudadanos.
Este Consejo llegó a tener sede propia dentro de la Casa de la Ciudad o ayuntamiento.
La expansión comercial y militar hacia el resto del Mediterráneo hace aumentar el comercio y la riqueza de Barcelona y la convierte en una de las primeras potencias marítimas europeas.
Con el fin de regular las relaciones marítimas entre los diversos pueblos del Mediterráneo, se redacta el Código del Consulado de Mar.
A pesar del enorme tráfico marítimo, Barcelona no tiene un puerto donde acogerlo en condiciones. Así que se inicia su construcción. Por su parte, la muralla de la Rambla acaba al llegar al mar. A su lado hay las Atarazanas, grandes cubiertas donde se construyen y reparan las embarcaciones.
A comienzos del siglo XIV, la industria de Barcelona experimenta un crecimiento, siguiendo el ritmo de la actividad mercantil y marinera. Con el fin de cubrir las necesidades de trabajo, llegan muchos hombres y mujeres entendidos en su oficio. Barcelona se abre, ya en la Edad Media, a una población trabajadora venida de todas partes.
La Barcelona próspera de ricos burgueses y mercaderes inicia una época de construcción de importantes edificios civiles y religiosos góticos, con frecuencia encima de los antiguos románicos. Es el caso de la catedral de Sta.María del Mar, del Pino, y S.Justo y Pastor; o de la Lonja en el campo civil. Esta Barcelona era también la ciudad del rey, del obispo, del gobierno de la ciudad y del Principado. El monarca residía en el Palacio Real donde destaca el Salón del Tinell, lugar de celebraciones y de recepciones oficiales, y la Capilla de Sta.Ágeda. El obispo tiene la sede en el Palacio Episcopal; los diputados en la Casa de la Diputación del General y los consejeros en la Casa de la Ciudad.
En el lugar donde hoy hay la Plaza de S.Jaime, entonces estaba ocupado por una parroquia y otras edificaciones.
Mientras tanto, un nuevo barrio ha ido creciendo al otro lado de la Rambla: el Arrabal. Con el fin de protegerlo, se alza una nueva muralla, la tercera. Allí se levantan nuevas construcciones muy importantes para la ciudad, como es el caso del Hospital de la Sta.Cruz.
Los gremios y corporaciones configuran las calles de la Barcelona menestral. Muchos de ellos son quienes enriquecen las iglesias con sus bellas pinturas, esculturas y obras de orfebrería.
Pero Barcelona -como el resto de Cataluña y de la Península- también conoció momentos trágicos o conflictivos. A veces, mercadear se paga: En 1348 la peste negra llega al puerto de Barcelona y una serie de epidemias posteriores se llevan a un gran número de sus habitantes, así como de todo el país.
Por otra parte, y si no había bastante con la guerra civil entre los señores feudales y los campesinos de remença por todo el Principado, en Barcelona aparecen una serie de tensiones sociales entre los consejeros y representantes del pueblo que quieren acceder al gobierno municipal. El cargo de consejero estaba tradicionalmente monopolizado por unas pocas familias ricas, siempre las mismas, que se transmiten el poder municipal como si fuesen de su propiedad, hereditariamente.
Los barceloneses de origen y creencias hebreas habitan en su propio barrio cerca de la catedral: la Aljama. En el siglo XIV estalla una grave crisis económica. Los judíos hallan la muerte al ser considerados culpables de la situación.
Cuando la Corona de Aragón pasa a formar parte de la nueva monarquía hispánica, la aparición de los belicosos turcos y el descubrimiento de América, desplazan el centro del comercio y de la navegación hacia el Atlántico. Barcelona pierde buena parte de su actividad marinera.
En 1519, Carlos I, un rey de una nueva dinastía, los Austria, presiona a Barcelona para que construya la gran obra pública del siglo: la muralla de mar.
Catalunya cayó en la decadencia. Los reyes, a pesar de que habían jurado respetar los privilegios de la ciudad, vivían en Castilla y Barcelona ya no era la capital de la monarquía. El Palacio real estaba cerrado y en nombre del rey gobernaba la ciudad y el Principado un representante suyo, el virrey, que disponía de su propia casa: el Palacio del virrey.
A veces, las relaciones entre Cataluña y el poder central eran tensas. Sobre todo a raíz de la guerra que Felipe IV mantenía contra Francia. Ello supuso la contribución económica de los catalanes, el sostenimiento de las tropas y, por si no había bastante, los excesos de los mercenarios indisciplinados. El país se alzó en armas y el día de Corpus de 1640, bandas de segadores entran en Barcelona. Fue el Corpus de Sangre.
La guerra llamada de los segadores o de Secesión duró once años: a lo largo del conflicto, Barcelona es asediada repetidamente y, al final, derrotada. Como consecuencia, en Barcelona se establece una guarnición permanente del ejército real español.
La ciudad perdía los privilegios militares: las murallas y los baluartes, el castillo de Montjuïc y las atarazanas dejan de ser patrimonio exclusivo de los barceloneses. A pesar de todo, Barcelona sabe ganar el camino del comercio y de la industria.
Camino de progreso barrado por el estallido de una guerra que se inició comenzado el siglo XVIII: la de Sucesión. Se trataba de vivir bajo el reinado de Felipe V, de la dinastía de los borbones, que quería imponer una monarquía absolutista y centralista, o bajo el archiduque Carlos de Austria, que garantizaba las constituciones de Cataluña. La mayoría de los barceloneses y de los catalanes no se lo pensaron dos veces y dieron su apoyo al archiduque. Barcelona, asediada durante 13 meses, cayó el once de septiembre de 1714 y, con ella, las antiguas libertades de Cataluña. La ciudad pierde su Consejo de Ciento y la Universidad. Con el Decreto de Nueva Planta, se inicia un período de represión.
Los filipistas construyen una ciudadela militar donde los adversarios son encarcelados cuando no ejecutados. Esta ciudadela es emplazada donde antes había el barrio marinero de la Ribera. Su presencia tendrá mucho que ver con el nacimiento del nuevo barrio de la Barceloneta, iniciado en 1753. El arrabal comienza a urbanizarse y las fortificaciones y las murallas toman protagonismo. A partir de mediados del siglo XVIII se vive una gran recuperación, tanto económica como demográficamente. A lo largo del siglo se forman la Rambla y el Paseo de S.Juan, y se levantan grandes edificios. A finales de siglo, en Barcelona los mercados están llenos de productos, las manufacturas son considerables en todas partes y se dan signos de industria activa y desarrollada.
En 1812 Cataluña es invadida por Napoleón y anexionada a su Imperio. Barcelona pasa a ser capital de provincia y sus habitantes son oprimidos.
A pesar de ello, el progreso económico y demográfico no se para. En el año 1800, la ciudad tiene 100 mil habitantes.
En 1835, a consecuencia del clima anticlerical, una serie de conventos son reducidos a cenizas. También es incendiada la Fábrica Vapor Bonaplata, la más innovadora, porque los obreros sublevados estaban convencidos que los telares movidos por máquinas disminuían la producción del trabajo manual. Será más adelante cuando los trabajadores se organicen a través de sindicatos.
Un acontecimiento esencial en la modificación del paisaje urbano es el motivado por las dos desamortizaciones a partir de 1836, a consecuencia de la cual desaparecen un buen número de conventos, y por la supresión de los cementerios de las iglesias.
A nivel político, a lo largo del siglo liberales y conservadores se enfrentan por el poder. El 7 de diciembre de 1842, el general Espartero bombardea Barcelona. El motivo había sido las diferencias entre su política y los barceloneses republicanos que, entre otras cosas, querían unas Cortes constituyentes y el proteccionismo para la industria catalana.
En 1868 una revolución política de la mano del Gral.Prim derrocó la monarquía de Isabel II y en 1873 se proclama la I República. Dos de sus presidentes -Figueres y Pi i Margall- son catalanes. En este período, en Cataluña aparecen intentos federalistas. Pero la república cae un año después bajo el golpe de estado del general Pavía y, un borbón, Alfonso XII -hijo de Isabel II-, vuelve a reinar en España, a pesar de los republicanos.
Durante las primeras décadas del siglo XIX, Cataluña es la vanguardia en el Estado de la Revolución industrial. Barcelona crece, también las industrias en sus suburbios, y las antiguas murallas ya no son más que un estorbo: En 1854 son derruidas y la ciudad se expande. Por esta época también se abren nuevas calles, como las de Fernando, Jaime I y de la Princesa. Barcelona cuenta con 250 mil habitantes.
En 1860, Madrid aprueba el proyecto del Ensanche de Barcelona presentado por Ildefonso Cerdà. Una nueva ciudad racional se escampa hasta los municipios vecinos que, en 1897, serán agregados a la ciudad condal.
En 1868, aprovechando el proceso revolucionario, es derruida la Ciudadela, que pasa a ser un parque.
Mientras tanto, en las ciudades vecinas de Barcelona los industriales edifican las fábricas aprovechándose del bajo coste del terreno y de la existencia de pozos de agua.
Bajo la Renaixença, movimiento cultural que reivindica la identidad catalana y pone los fundamentos del catalanismo político, se crean instituciones como la Universidad, el Ateneo Barcelonés o la Academia de las Buenas Letras.
A finales de siglo, Barcelona está cambiando a un ritmo acelerado. El progreso urbanístico de 1870 a 1885 es considerable. En 1888, la ciudad está preparada para organizar una primera Exposición Universal, en el espacio donde se edificó la Ciudadela. Un gran parque con palacios y pabellones substituyen a las infames prisiones, conservando algunos edificios. En estos pabellones se exhiben los productos de la industria española y los progresos de la mecánica, de la técnica y de la ciencia de todo el mundo.
A finales de siglo, Barcelona es conocida por sus atentados como "la ciudad de las bombas". Entre los diversos atentados, el que tuvo lugar en el Liceo fue uno de los más graves.
A finales del XIX y comienzos del XX, aparecen dos nuevos movimientos socio-culturales: el Modernismo y el Noucentisme. El primero de ellos se expresa con fuerte originalidad y ha dejado a la ciudad uno de sus más representativos patrimonios artísticos.
El Modernismo asimila la tradición del gótico catalán integrando el hierro forjado, la cerámica, el vidrio y la madera. Esta corriente artística expresa las aspiraciones estéticas de la burguesía industrial.
La aparición del Modernismo coincide con la expansión económica y cultural de Barcelona que, en 1900, tiene 544 mil habitantes.
Por lo que se refiere al Noucentisme, es un retorno a la racionalidad y al clasicismo.
En julio de 1909, a causa de una fuerte recesión económica, agravada por la movilización militar de los jóvenes destinados a las colonias de Marruecos estalla una huelga general que deriva hacia un motín por algunos barrios de Barcelona. La ciudad padece incendios y saqueos. El ejército sofoca la revuelta y la represión posterior es muy severa. Es la Semana Trágica.
La instauración de la Mancomunidad de Cataluña en 1914 supone para el país y también para la ciudad la mejora de la oferta educativa y cultural.
En 1917 estalla una huelga general causada por el encarecimiento de la vida y el estancamiento de los salarios.
En 1929 se celebra la segunda Exposición Universal de Barcelona, en Montjuïc. La decisión de escoger esta montaña para celebrar el certamen significaba la urbanización de una extensa zona de Barcelona y la conquista de un espacio ligado a la opresión de la ciudad.
En Barcelona, que cuenta con un millón de habitantes, se inician obras de infraestructura muy importantes. Es el caso de la plaza de Cataluña. A finales de siglo comenzaron a expropiarse los terrenos, las casas, los cafés, los teatros y las barracas de feriantes que se habían ido construyendo en medio del espacio que se convertiría en plaza.
Su urbanización, que se inició en 1902, no se completó hasta 1929, convirtiéndose en zona de esparcimiento, de comunicaciones y de servicios, además de centro simbólico de la ciudad.
Entre 1920 y 1930 se alzaron 13 mil edificios y se realizaron importantes obras de pavimentación, cloacas y electrificación, además de la inauguración del metro.
Además de ser una ciudad textil, Barcelona se expansiona en la metalurgia y la química. Muchas empresas extranjeras comienzan a instalar delegaciones y fábricas.
Desde finales del siglo XIX hasta 1926 el puerto adquirió la estructura actual. A principios del siglo XX, el tráfico de mercaderías no llegaba a los 2 millones de toneladas, y entre 1907 y 1927 la cifra se mantuvo entorno a los 2 o 3 millones.
La huelga de tranvías de 1951 demuestra el malestar popular y es el inicio de las actuaciones en la calle contra el Régimen. Un año después se celebra en la ciudad el Congreso Eucarístico Internacional.
A partir de la segunda mitad de los años 50, Barcelona irá cambiando significativamente. Crecerá de manera caótica y especulativa. Se mejoran las comunicaciones pero a costa de sacrificar el paisaje urbano. Se dobla el número de habitantes y se urbaniza casi toda la superficie del término municipal. A pesar de ello, el Régimen practica un total absentismo inversor y una permanente presencia ideológica.
La década de los años 60 lo será de crecimiento y progreso. La fiebre por el utilitario invade las calles. Barcelona cuenta con un millón 600 mil habitantes.
Entre los años 1963 y 64 llegan a la provincia de Barcelona 274 mil inmigrantes. Aparecen grandes bolsas de pobreza.
También el barraquismo, ya que los precios de los pisos resultan excesivamente altos para los recién llegados.
La noche de Navidad de 1962 Barcelona se ve sorprendida por una gran nevada.
La vitalidad de Barcelona se ha manifestado en múltiples aspectos: uno de ellos es su consideración como ciudad de ferias y congresos. La estructura económica de la ciudad y su provincia es de nivel europeo.
Tendrán que pasar años hasta que el 3 de abril de 1979 los barceloneses eligen democráticamente a su alcalde, después de 40 años de falta de libertades. Una serie de mejoras y transformaciones urbanísticas van haciendo de Barcelona una nueva ciudad que, en 1981, tiene un millón 755 mil habitantes.
El 17 de octubre de 1987, en Lausana, se adjudica la candidatura de Barcelona para celebrar los Juegos Olímpicos de 1992. Un nuevo futuro empieza para la ciudad.
En el lugar donde existió un poblado llamado Bárkeno, cuna de Barcelona, ahora acogía las instalaciones de los Juegos. Barcelona se proyectaba al mundo.
viernes, 1 de octubre de 2010
Leyenda del caballero que no fué al combate y ganó la batalla
El castillode Gormaz dibujaba su impresionante silueta en los cielos de Castilla . Aún los moros eran dueños de aquel lugar , junto al Duero , y en el pensamiento de Fernán González , Conde de Castilla , no había otra idea que la de conquistar aquella plaza . Todos los esfuerzos eran pocos y el héroe castellano no reparaba en nada , con tal de concluir el trabajo de expulsar a los moros de Castilla , la cual no llegaba entonces más allá de las riberas del Duero . Para ello , Fernán González había acampado sus tropas cerca del castillo de San Esteban , llamado después Santisteban , y había mandado levantar una pequeña ermita . Los piadosos y valientes nobles de Castilla habían contribuido con grandes sumas de oro en la nueva edificación hasta convertirla en un pequeño monasterio . El mismo conde ordenó que doce monjes de San Pedro de Arlanza vinieran al nuevo templo y se encargaran de su cuidado . Los infieles sarracenos se habían acercado por el valle y Fernán González ordenó sus tropas para la batalla al día siguiente . Aún no había amanecido cuando los capitanes cristianos entraron en el nuevo monasterio para oír misa . Los frailes rogaron a Dios que protegiera al conde y a todos los suyos en el terrible lance que se avecinaba y prometieron rezar durante todo el día . Fernán González permaneció en la iglesia unos momentos , y tras reclinarse ante la imagen de Jesús crucificado , salió para colocarse la armadura y disponer las tropas . Otros capitanes se quedaron un tanto más en el templo , y poco a poco fueron saliendo todos....excepto Martín Antolínez , que aún seguía frente al altar , con las manos en el pecho y rogando por la victoria cristiana . Ya estaban todos los capitanes cristianos preparados , la caballería dispuesta y la infantería deseosa de entrar en combate . Fernán González mandó levantar los pendones y los tambores atronaron los aires . El´ejército cristiano iba a la batalla , con el ánimo firme y con el orgullo en sus corazones . Entretanto , Martín Antolinez permanecía en silencio junto al altar , con los ojos cerrados y las manos sobre la cruz de su pecho . Su escudero , nervioso , estaba en la puerta de la iglesia y miraba con enojo a su amo : las tropas ya habían partido y sólo se veía la gran polvareda que levantaba el ejército a su paso .
-!Señor! !Señor! -decía-. !Ya marchan los soldados! ! Tomad el caballo y uníos a ellos o llegaréis tarde al combate ! !Señor , por Dios! !Dejad los rezos , que ya tenéis bastantes y tomad vuestra espada y vuestra lanza ! .Sin embargo , Martín Antolínez no parecía escuchar a su vasallo y allí se quedó como absorto , frente al altar , orando y pidiendo a Dios por su alma..... En el valle las armas brillaban al sol teñidas de sangre . Los turbantes y los yelmos caían partidos por su mitad , y cientos de caballos agonizaban en el barro . De un lado , los sarracenos hacían sonar sus timbales y arremetían con lanzas , cimitarras y dagas contra un ejército confiado en el poder de su Dios . De otro , Fernán González y los suyos elevaban al cielo su acero burgalés e invocaban la ayuda de Santiago y San Millán ; los cristianos hacían tan gran carnicería , que si no fuera porque los sarracenos aún veneraban a Alá en sus últimos há´litos , daría lástima ver tanto lujo moro y tanto buen caballero tendidos en el lodo . Las antiguas crónicas dicen que en aquella batalla murieron 15.000 moros y que sólo quedaron en el campo cuatrocientos cristianos de a pie . En fin , llegada la atardecida , los ejércitos de Fernán González lograron la victoria y su regreso triunfal se vio acompañado de los vítores y cánticos de los soldados . El botín fué inmenso : algunos caballeros traían cordones de seda , escudos de oro y piedras maravillosas que los infieles llevaban en la frente : otros venían con su lanza en ristre , habiendo ensartado en ella las cabezas de los sarracenos muertos : otros traían los pendones con la media luna , y otros se habían apoderado de los caballos del enemigo. Cuando llegaron al campamento , Fernán González descendió de su alazán y preguntó por Martín Antolínez . El escudero de este capitán huyó de su vista , avergonzado porque su amo no había acudido a la batalla ; había estado todo el santo día en la iglesia rezando y él mismo sentía deshonor por la cobardía de su amo . Nadie veía a Martín Antolínez por ninguna parte , hasta que al fin apareció el caballero saliendo de la iglesia con su armadura abollada , con el rostro ensangrentado y una peligrosa herida en el brazo . Nadie mostró la menor sorpresa , y bien al contrario , todos lo vitorearon y lo ensalzaron como héroe....Pero el mismo Martín Antolínez se vió sorprendido en su figura , pues pensaba que se había quedado dormido en el templo , y desde luego , el no había estado en la batalla.....Ysin embargo....su armadura estaba polvorienta y ensangrentada , su frente se nublaba por un golpe doloroso y el brazo le dolíá enormemente . Fernán González avanzó hasta él y lo abrazó como sólo se abraza a un verdadero héroe. --!Hermano! -le dijo- : estoy orgulloso de vuestro valor , todos lo estamos , y os proclamamos vencedor de la batalla . Nadie sino vos pudo internarse en el fragor del combate y arrebatar la bandera de las huestes sarracenas , nadie sino vos pudo tajar la cabeza del capitán moro , nadie sino vos pudo defender con tanto ardor el sagrado pendón de Castilla.....Pero , sabed --gritó Fernán González a sus tropas --que aún hay algo más : Martín Antolínez me ha salvado la vida en esta ocasión , pues él fue , y no otro , quien mató a mi enemigo cuando yo estaba en tierra y en trance de ser degollado . !Dios guarde a Martín Antolínez !. Entonces el caballero supo que Dios había obrado un milagro y cayó de rodillas ante el conde de Castilla . : --!Señor don Fernán González !-dijo- !Dad las gracias a Dios Nuestro Señor , y no a mí !. , porque yo no he salido de la iglesia y un ángel ha tomado mi figura para luchar por la cristiandad . Y todos conocieron la verdad de este suceso : se arrodillaron y oraron a Dios , que les había hecho conocer su poder en aquella ocasión singular . El castillo de Gormaz cayó finalmente en manos de los cristianos el año 1059 y era el orgullo del rey de León y Castilla , Alfonso VI . La aldea tomó entonces el nombre de San Esteban de Gormaz . Villa y fortaleza pasaron después al héroe castellano
Rodrigo Diaz de Vivar , el Cid.
jueves, 23 de septiembre de 2010
Diego Marsilla e Isabel de Segura , "Los amantes de Teruel"
Mi nombre es Diego Marsilla , y cuna Teruel me dió....(JUAN EUGENIO DE HARTZENBUSCH)
Por aquellos años la ciudad de Teruel gozaba de alguna paz y sosiego , tras haber sido arrasada por los moros , que derribaron puentes , abrasaron cosechas y pasaron a cuchillo a muchos pacíficos habitantes . Con empeño y tesón lograron los turolenses levantar de nuevo sus casas , reunir los ganados y sembrar nuevos frutos . Los mercados volvían entonces a reunir a gentes de Montalbán , de Albarracín y de otros mil lugares cercanos ; la plaza se veía colorida de frutas y verduras , se pregonaban los vinos y el queso , los pastores traían sus corderos y terneros , los juglares cantaban , tañían sus laúdes y hacian jerigonzas , todo era algarabíá y trajín en la ciudad . También en la tahona el panadero horneaba las hogazas , y hacía aspavientos porque Diego e Isabel andaban tras algunas golosinas recién salidas del horno. --!Dichosos rapaces! -decía-. !Que no pueda uno estar a la labor sin que tenga que vigilar vuestros enredos!--. Era Diego , el hijo del panadero y la pequeña Isabel , la primogénita de don Pedro Segura , un noble acaudalado de la ciudad . Como fuera que los dos niños habían trabado amistad , los padres de ambos dejaron correr el tiempo , que en juegos de niños nunca ha habido peligro ninguno y no han de hacerse diferencias en esas edades tempranas . Pero , he aquí , que entre juego y juego los dos niños fueron creciendo , y creció también el afecto que se tenían , de modo que lo que fueron saltos , risas y revuelos , se convirtió con el paso de los años , en profundo y sincero amor . Don Pedro y Doña Margarita , los padres de Isabel , veían con preocupación a los dos jovenes en el jardín , tomados de las manos y entretenidos en las dulces palabras de los enamorados . --!¿Como ha de ser?! - decía don Pedro - .Los muchachos se quieren , no hay más que verlo , pero Diego es hijo del panadero , no tiene nombre , ni fortuna ni posición . Isabel tiene ya edad de tomar esposo , mas....!Mi pequeña Isabel , mujer del panadero! !NO! . En aquel tiempo se supo que el caballero don Rodrigo de Azagra , noble y acaudalado señor , haba comprado casa en Teruel , donde pensaba tomar esposa y afincarse definitivamente , después de una vida guerrera y curtida en mil batallas . Este don Rodrigo tenía ya años pero conservaba el porte y la dignidad que le habían otorgado numerosos beneficios y regalos del rey , y no dudaba que en Teruel encontraría una joven hermosa con la que desposarse , si no era por su planta , al menos sí por sus dineros . Y vino a poner sus ojos en Isabel , de la cual se enamoró perdidamente : se dice que vivía amargado de reconcomios , viendo en las alamedas del río Guadalaviar a Isabel con su amigo Diego , y como la muchacha expresaba naturalmente el amor que le dispensaba . No pudiendo soportar por más tiempo este amor oculto , decidió hablar con los padres de la joven , y seguro de su poder , pedirla en matrimonio . ----En nobleza- decia don Rodrigo a los padres de Isabel- , en nobleza al rey igualo : de mi valor , los moros muertos son testigos ; y de mi fortuna es muestra el arcón de joyas que aquí os traigo.!.De este modo soberbio se expresaba el caballero don Rodrigo de Azagra , mostrando sus condecoraciones , su escudo en el pecho , su empuñadura bruñida y su oro en la taleguilla . El padre de la joven Isabel se mostraba indeciso pero finalmente sucumbió al poder del dinero y acordó con el caballero que su hija sería , muy pronto , esposa de don Rodrigo . Supo de este acuerdo Isabel por su madre y conociéndolo rompió a llorar con sentidas lágrimas mientras estrechaba en su pecho un pañuelo de seda que Diego le había regalado aquella misma tarde . Mucho hablaron madre e hija , aquella razonando y ésta anegada en llanto , preguntándose el porqué de tan cruel decisión . Cuando el joven e impetuoso Diego Marsilla supo del acuerdo al que se había llegado , no tardó en desentenderse de su delantal de panadero y acudir raudo al palacio donde vivía su amor . No preguntó por Isabel : sólo quería enfrentarse a su avariento padre , que entregaba a su hija por unas monedas de oro . Enfurecido , se presentó ante don Pedro . Con fieros ademanes primero , y después con tiernas razones , Diego acabó por ablandar el duro pecho de don Pedro , que consintió que la boda de Isabel se suspendería por un plazo de tres años ; plazo en el que Diego debería tomar fortuna , o nombre o posición , porque sin alguna de estas tres cosas Isabel sería esposa del caballero de Azagra , tal y como se había convenido. --!Lo que me falta en fortuna , me sobra en valor!--dijo Diego , y volviéndose se retiró---. Los días que siguieron fueron amargos y tristes , porque a la alegría de haber logrado la suspensión del matrimonio de Isabel , se añadía la necesidad de alejarse de su amada . Una vez tras otra , Diego le repetía que tomaría las armas , al servicio del rey Pedro de Aragón , y que iría por esos mundos en busca de honores y fortuna . Y prometía que al cabo de tres años volvería a Teruel aclamado por las tropas , que los trovadore cantarían sus gestas y que hasta el rey le daría beneficios . Tal vez , incluso el monarca asistiera a la ceremonia . En estas ilusiones se entretenían los dos enamorados , cuando , mas pronto que tarde , llegó el momento de partir . El joven Diego Marsilla no defraudó el valor del que hizo gala . Armado en las tropas de don Pedro de Aragón , y junto a los reyes de Castilla y Navarra , combatió en el sitio de las Navas de Tolosa , derrotando a los moros en aquel año de 1212 . Allí se pudo ver la heroica figura del turolense , lanzando fieros tajos y animando a las huestes cristianas : los soldados lo aclamaron , los capitanes lo distinguieron y sus amigos todos brindaban a la salud del nuevo guerrero , don Diego Marsilla . De aquel lugar partió despues nuestro joven a luchar contra los herejes de Béziers y Muret , tal y como el papa Inocencio había ordenado . Tras una cruenta batalla , Diego fué hecho prisionero , encadenado y atormentado ; pudo escapar , y en un barco sarraceno , llegó a Oriente , donde halló el consuelo de un francés al que salvó en el sitio de Béziers . Muerto este amigo , toda su inmensa fortuna pasó a manos de Diego , y no teniendo nada que le retuviera en aquellas tierras , quiso volver a la suya , donde esperaba encontrar a su amada Isabel . A Teruel llegaron noticias bien distintas : los viajeros aseguraban que Diego Marsilla había muerto en Francia , y que pese a haber luchado con valentía , su cuerpo yacía entre los innumerables cadáveres de aquellas batallas . Todo pareció nublarse en los ojos de Isabel , que vio sus esperanzas frustradas y su triste vida sometida al imperio del señor de Azagra . Estuvo la joven varias semanas postrada , entre llantos y congojas consumida , pero al fin respuesta no quedó sino aderezar el vestido blanco y aceptar los designios del destino . El obispo formaba el coro , las mujeres adecentaban la iglesia , las amigas colocaban flores , los músicos templaban sus instrumentos : todo estaba dispuesto ya , y los pregoneros anunciaban las pomposas bodas de la hermosa Isabel de Segura y el caballero don Rodrigo de Azagra . Mientras , Diego espoleaba su caballos : una tormenta había detenido su barco en alta mar y el plazo estaba en trance de cumplirse . A lomos de su alazán , el joven dejaba atrás pueblos y caseríos , sin detenerse a tomar alimento , ni a beber , ni a descansar . Llegado a su ciudad , encontró las calles vacias : todos los ciudadanos habían acudido a la boda y al banquete . Dispuesto a que el matrimonio no se consumara , logró acceder a la alcoba de los novios y se escondió bajo el lecho . Al fin llegaron a la estancia Isabel y su esposo , despues de haber despedido a todos los invitados . Cuando Isabel se hubo cepillado el pelo , se metió en la cama , momento que aprovechó Diego para cogerla de la mano . Sorprendida y asustada , Isabel lanzó un grito , aunque de inmediato supo a quién pertenecía aquella mano que sujetaba la suya . Inquieto por el susto de su esposa , Azagra preguntó que ocurría , y si podía hacer algo por ella . Isabel pidió que bajara a la sala baja del palacio y que trajera una redoma con sales . El marido abandonó la álcoba y Diego salió de su escondite sin dudarlo . ---!Aquí estoy con lo prometido , Isabel , amor mío !---No puede ser -susurraba Isabel-. ¿No ves este vestido que hasta mi vista repugna? !Estoy casada!---!Te obligaron!---!Por mi voluntad soy esposa de don Rodrigo....muerto te creyeron . Estoy casada ante Dios y Él ha querido que así´ sea . Nada esperes de mí . Diego . Vete! . Abatido , dolorido el corazón en lo mas profundo , no pudo soportar el joven esta cruel despedida y dicen los poetas que se desvaneció en un escaño como herido por un rayo . Allí quedó pá´lido y con la mirada perdida , inmóvil , muerto . Isabel , aterrada ante la yerta figura de su amado , no pudo sino acercarse con lágrimas en los ojos , y tomándole la mano le mostraba los dulces afectos de antaño , ya inservibles . Llegó en esto don Rodrigo , con el pomo de sales que Isabel le había encargado y se sorprendió al ver un hombre muerto en su habitación . Isabel , llorando , le contó lo sucedido y juró´que era inocente , y que había rechazado , como esposa , las pretensiones de su antiguo amor . Don Rodrigo , que no quería escandalos en su casa por aquel motivo , la creyó y cuando las calles se cubrieron con la oscuridad nocturna , sacó el cadáver y lo dejó en una esquina . No tardaron los guardias en encontrar el cuerpo de Diego y se lo hicieron llevar a su anciano padre , el panadero . Al díá siguiente se celebraron los funerales e Isabel , como señora principal que era , hubo de ocupar un lugar privilegiado , cerca del féretro . Allí pudieron ver los ciudadanos el pálido rostro de la joven que habia pasado la noche llorando entre los recuerdos tristes de su amado Diego Marsilla . Y allí también le abandonaron las fuerzas : sonaban entonces las campanas con el lúgubre toque de muertos , cuando ante el asombro de todos , Isabel se levantó , avanzó hasta el cadáver de Diego , e inclinándose sobre él , estampó un beso en sus labios marchitos . Entre azorados e indignados , los padres de Isabel y su esposo , acudieron a retirar a la joven , pero entonces , ante el terror de todos , comprobaron que estaba muerta . Quiso Dios , dicen las crónicas , que Diego e Isabel no pudieran unirse en vida , y que los azares del mundo impidieran que se lograran sus deseos ; del mismo modo , fué voluntad divina que permanecieran unidos en la muerte . Así lo comprendieron también los padres de la joven y su esposo , y todos los ciudadanos que conocieron tan desgraciados acontecimientos : les dieron sepultura juntos , y juntos siguen desde entonces don Diego Martinez de Marsilla y doña Isabel de Segura , llamados "los amantes de Teruel".
Por aquellos años la ciudad de Teruel gozaba de alguna paz y sosiego , tras haber sido arrasada por los moros , que derribaron puentes , abrasaron cosechas y pasaron a cuchillo a muchos pacíficos habitantes . Con empeño y tesón lograron los turolenses levantar de nuevo sus casas , reunir los ganados y sembrar nuevos frutos . Los mercados volvían entonces a reunir a gentes de Montalbán , de Albarracín y de otros mil lugares cercanos ; la plaza se veía colorida de frutas y verduras , se pregonaban los vinos y el queso , los pastores traían sus corderos y terneros , los juglares cantaban , tañían sus laúdes y hacian jerigonzas , todo era algarabíá y trajín en la ciudad . También en la tahona el panadero horneaba las hogazas , y hacía aspavientos porque Diego e Isabel andaban tras algunas golosinas recién salidas del horno. --!Dichosos rapaces! -decía-. !Que no pueda uno estar a la labor sin que tenga que vigilar vuestros enredos!--. Era Diego , el hijo del panadero y la pequeña Isabel , la primogénita de don Pedro Segura , un noble acaudalado de la ciudad . Como fuera que los dos niños habían trabado amistad , los padres de ambos dejaron correr el tiempo , que en juegos de niños nunca ha habido peligro ninguno y no han de hacerse diferencias en esas edades tempranas . Pero , he aquí , que entre juego y juego los dos niños fueron creciendo , y creció también el afecto que se tenían , de modo que lo que fueron saltos , risas y revuelos , se convirtió con el paso de los años , en profundo y sincero amor . Don Pedro y Doña Margarita , los padres de Isabel , veían con preocupación a los dos jovenes en el jardín , tomados de las manos y entretenidos en las dulces palabras de los enamorados . --!¿Como ha de ser?! - decía don Pedro - .Los muchachos se quieren , no hay más que verlo , pero Diego es hijo del panadero , no tiene nombre , ni fortuna ni posición . Isabel tiene ya edad de tomar esposo , mas....!Mi pequeña Isabel , mujer del panadero! !NO! . En aquel tiempo se supo que el caballero don Rodrigo de Azagra , noble y acaudalado señor , haba comprado casa en Teruel , donde pensaba tomar esposa y afincarse definitivamente , después de una vida guerrera y curtida en mil batallas . Este don Rodrigo tenía ya años pero conservaba el porte y la dignidad que le habían otorgado numerosos beneficios y regalos del rey , y no dudaba que en Teruel encontraría una joven hermosa con la que desposarse , si no era por su planta , al menos sí por sus dineros . Y vino a poner sus ojos en Isabel , de la cual se enamoró perdidamente : se dice que vivía amargado de reconcomios , viendo en las alamedas del río Guadalaviar a Isabel con su amigo Diego , y como la muchacha expresaba naturalmente el amor que le dispensaba . No pudiendo soportar por más tiempo este amor oculto , decidió hablar con los padres de la joven , y seguro de su poder , pedirla en matrimonio . ----En nobleza- decia don Rodrigo a los padres de Isabel- , en nobleza al rey igualo : de mi valor , los moros muertos son testigos ; y de mi fortuna es muestra el arcón de joyas que aquí os traigo.!.De este modo soberbio se expresaba el caballero don Rodrigo de Azagra , mostrando sus condecoraciones , su escudo en el pecho , su empuñadura bruñida y su oro en la taleguilla . El padre de la joven Isabel se mostraba indeciso pero finalmente sucumbió al poder del dinero y acordó con el caballero que su hija sería , muy pronto , esposa de don Rodrigo . Supo de este acuerdo Isabel por su madre y conociéndolo rompió a llorar con sentidas lágrimas mientras estrechaba en su pecho un pañuelo de seda que Diego le había regalado aquella misma tarde . Mucho hablaron madre e hija , aquella razonando y ésta anegada en llanto , preguntándose el porqué de tan cruel decisión . Cuando el joven e impetuoso Diego Marsilla supo del acuerdo al que se había llegado , no tardó en desentenderse de su delantal de panadero y acudir raudo al palacio donde vivía su amor . No preguntó por Isabel : sólo quería enfrentarse a su avariento padre , que entregaba a su hija por unas monedas de oro . Enfurecido , se presentó ante don Pedro . Con fieros ademanes primero , y después con tiernas razones , Diego acabó por ablandar el duro pecho de don Pedro , que consintió que la boda de Isabel se suspendería por un plazo de tres años ; plazo en el que Diego debería tomar fortuna , o nombre o posición , porque sin alguna de estas tres cosas Isabel sería esposa del caballero de Azagra , tal y como se había convenido. --!Lo que me falta en fortuna , me sobra en valor!--dijo Diego , y volviéndose se retiró---. Los días que siguieron fueron amargos y tristes , porque a la alegría de haber logrado la suspensión del matrimonio de Isabel , se añadía la necesidad de alejarse de su amada . Una vez tras otra , Diego le repetía que tomaría las armas , al servicio del rey Pedro de Aragón , y que iría por esos mundos en busca de honores y fortuna . Y prometía que al cabo de tres años volvería a Teruel aclamado por las tropas , que los trovadore cantarían sus gestas y que hasta el rey le daría beneficios . Tal vez , incluso el monarca asistiera a la ceremonia . En estas ilusiones se entretenían los dos enamorados , cuando , mas pronto que tarde , llegó el momento de partir . El joven Diego Marsilla no defraudó el valor del que hizo gala . Armado en las tropas de don Pedro de Aragón , y junto a los reyes de Castilla y Navarra , combatió en el sitio de las Navas de Tolosa , derrotando a los moros en aquel año de 1212 . Allí se pudo ver la heroica figura del turolense , lanzando fieros tajos y animando a las huestes cristianas : los soldados lo aclamaron , los capitanes lo distinguieron y sus amigos todos brindaban a la salud del nuevo guerrero , don Diego Marsilla . De aquel lugar partió despues nuestro joven a luchar contra los herejes de Béziers y Muret , tal y como el papa Inocencio había ordenado . Tras una cruenta batalla , Diego fué hecho prisionero , encadenado y atormentado ; pudo escapar , y en un barco sarraceno , llegó a Oriente , donde halló el consuelo de un francés al que salvó en el sitio de Béziers . Muerto este amigo , toda su inmensa fortuna pasó a manos de Diego , y no teniendo nada que le retuviera en aquellas tierras , quiso volver a la suya , donde esperaba encontrar a su amada Isabel . A Teruel llegaron noticias bien distintas : los viajeros aseguraban que Diego Marsilla había muerto en Francia , y que pese a haber luchado con valentía , su cuerpo yacía entre los innumerables cadáveres de aquellas batallas . Todo pareció nublarse en los ojos de Isabel , que vio sus esperanzas frustradas y su triste vida sometida al imperio del señor de Azagra . Estuvo la joven varias semanas postrada , entre llantos y congojas consumida , pero al fin respuesta no quedó sino aderezar el vestido blanco y aceptar los designios del destino . El obispo formaba el coro , las mujeres adecentaban la iglesia , las amigas colocaban flores , los músicos templaban sus instrumentos : todo estaba dispuesto ya , y los pregoneros anunciaban las pomposas bodas de la hermosa Isabel de Segura y el caballero don Rodrigo de Azagra . Mientras , Diego espoleaba su caballos : una tormenta había detenido su barco en alta mar y el plazo estaba en trance de cumplirse . A lomos de su alazán , el joven dejaba atrás pueblos y caseríos , sin detenerse a tomar alimento , ni a beber , ni a descansar . Llegado a su ciudad , encontró las calles vacias : todos los ciudadanos habían acudido a la boda y al banquete . Dispuesto a que el matrimonio no se consumara , logró acceder a la alcoba de los novios y se escondió bajo el lecho . Al fin llegaron a la estancia Isabel y su esposo , despues de haber despedido a todos los invitados . Cuando Isabel se hubo cepillado el pelo , se metió en la cama , momento que aprovechó Diego para cogerla de la mano . Sorprendida y asustada , Isabel lanzó un grito , aunque de inmediato supo a quién pertenecía aquella mano que sujetaba la suya . Inquieto por el susto de su esposa , Azagra preguntó que ocurría , y si podía hacer algo por ella . Isabel pidió que bajara a la sala baja del palacio y que trajera una redoma con sales . El marido abandonó la álcoba y Diego salió de su escondite sin dudarlo . ---!Aquí estoy con lo prometido , Isabel , amor mío !---No puede ser -susurraba Isabel-. ¿No ves este vestido que hasta mi vista repugna? !Estoy casada!---!Te obligaron!---!Por mi voluntad soy esposa de don Rodrigo....muerto te creyeron . Estoy casada ante Dios y Él ha querido que así´ sea . Nada esperes de mí . Diego . Vete! . Abatido , dolorido el corazón en lo mas profundo , no pudo soportar el joven esta cruel despedida y dicen los poetas que se desvaneció en un escaño como herido por un rayo . Allí quedó pá´lido y con la mirada perdida , inmóvil , muerto . Isabel , aterrada ante la yerta figura de su amado , no pudo sino acercarse con lágrimas en los ojos , y tomándole la mano le mostraba los dulces afectos de antaño , ya inservibles . Llegó en esto don Rodrigo , con el pomo de sales que Isabel le había encargado y se sorprendió al ver un hombre muerto en su habitación . Isabel , llorando , le contó lo sucedido y juró´que era inocente , y que había rechazado , como esposa , las pretensiones de su antiguo amor . Don Rodrigo , que no quería escandalos en su casa por aquel motivo , la creyó y cuando las calles se cubrieron con la oscuridad nocturna , sacó el cadáver y lo dejó en una esquina . No tardaron los guardias en encontrar el cuerpo de Diego y se lo hicieron llevar a su anciano padre , el panadero . Al díá siguiente se celebraron los funerales e Isabel , como señora principal que era , hubo de ocupar un lugar privilegiado , cerca del féretro . Allí pudieron ver los ciudadanos el pálido rostro de la joven que habia pasado la noche llorando entre los recuerdos tristes de su amado Diego Marsilla . Y allí también le abandonaron las fuerzas : sonaban entonces las campanas con el lúgubre toque de muertos , cuando ante el asombro de todos , Isabel se levantó , avanzó hasta el cadáver de Diego , e inclinándose sobre él , estampó un beso en sus labios marchitos . Entre azorados e indignados , los padres de Isabel y su esposo , acudieron a retirar a la joven , pero entonces , ante el terror de todos , comprobaron que estaba muerta . Quiso Dios , dicen las crónicas , que Diego e Isabel no pudieran unirse en vida , y que los azares del mundo impidieran que se lograran sus deseos ; del mismo modo , fué voluntad divina que permanecieran unidos en la muerte . Así lo comprendieron también los padres de la joven y su esposo , y todos los ciudadanos que conocieron tan desgraciados acontecimientos : les dieron sepultura juntos , y juntos siguen desde entonces don Diego Martinez de Marsilla y doña Isabel de Segura , llamados "los amantes de Teruel".
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