En el año de gracia de 1221 , la ciudad de Toledo conoció grandes fiestas . El motivo no era otro que el nacimiento del príncipe Alfonso , primogénito de Fernando III , rey de Castilla y León , y de su esposa Beatriz de Suabia . Un niño que soñaría con un imperio , que renovaría la legislación de la época , y que sobre todo se convertiría en una figura capital de las ciencias y la cultura de su tiempo . Tanta fue su importancia que la historia le reconoce con el apelativo del Sabio. La Escuela de Traductores nació de la congregación espontánea en el Toledo del siglo XII de diversos eruditos europeos atraídos por la noticia de la existencia en la ciudad de numerosos manuscritos árabes . Por entonces , Europa vivía el primer Renacimiento , y existía un gran interés por acudir a las fuentes del saber clásico latino , hebreo o musulmán . De ahí que por la escuela toledana pasaran los mejores intelectuales del momento . Hombres como Gundisalvo , Juan de Sevilla , Álvaro de Oviedo , Marcos de Toledo y Pedro Gallego trabajaron con el italiano Gerardo de Cremona , el escocés Scott o el inglés Alejandro de Bath . Se tradujo además todo el Corpus aristotélico , diversos tratados de Euclides , Ptolomeo , Arquímedes , Hipocrates o Galeno y obras de Isaac Israelí , Alfarabí , Algacel , Averroes y Avicena , y se contribuyó a establecer las normas del castellano como lengua literaria .
No hay comentarios:
Publicar un comentario